El Gobierno francés ha establecido una ayuda para la compra de bicicletas eléctricas de 3.000 euros, siempre y cuando se entregue a cambio un viejo coche contaminante para desguazar. El programa de ayuda tiene en cuenta la zona de residencia, siendo de mayor cuantía si este se encuentra en zonas de bajas emisiones, el nivel de ingresos y si se entrega o no un vehículo contaminante a cambio. En cualquier caso, el monto de la ayuda no será superior al 40 % del coste de adquisición de la bicicleta eléctrica. En caso de que no se entregue este vehículo, la cuantía de la ayuda es de 400 euros.
Francia está trabajando para animar a los conductores urbanos para que abandonen sus automóviles y se animen a utilizar formas de transporte menos pesadas y ambientalmente más responsables. En las grandes ciudades como París, la reducción del tráfico que supone el cambio al uso de bicicletas y scooters es quizás tan importante como los efectos ambientales.
Si bien las bicicletas convencionales que no cuentan con ayuda eléctrica también están incluidas en este generoso programa de incentivos del Gobierno francés, las grandes beneficiadas serán las bicicletas eléctricas cuyo mercado en Europa (y en el resto del mundo) está creciendo a un ritmo muy elevado.
En julio de este año, el parlamento francés votó las nuevas para promover una movilidad más sostenible y activa en el país. Con lo que debería ser un impulso para el sector de la bicicleta, los ciudadanos franceses ahora tienen acceso a varias ayudas financieras para comprar una bicicleta eléctrica.
Después de casi dos años, el Parlamento francés ha acordado un gran plan para promover el uso de bicicletas eléctricas. Tras la inversión de millones de euros en infraestructura ciclista, ahora aprueba un mayor presupuesto a favor de la movilidad sostenible. Esto se traducirá en el establecimiento de subvenciones para ayudas en la compra de una bicicleta, sea o no eléctrica, con el incremento del presupuesto existente en un total de cinco millones de euros.
En concreto, desde el 15 de agosto, la ayuda económica para la compra de una bicicleta eléctrica ha pasado de 200 a 300 euros. Este bono es todavía más importante para las personas con menos capacidades económicas y para los discapacitados, ya que su importe se ha elevado a 400 euros. Estas medidas no se limitan únicamente a las bicicletas eléctricas. Las autoridades francesas también han decidido ampliar la bonificación para discapacitados a todas las bicicletas convencionales para cuya compra dispondrán de una bonificación de 150 euros. Además, también se ha creado una ayuda económica para la compra de bicicletas plegables, cubriendo el 40% del coste, con un tope de 1.000 euros.
Una bicicleta eléctrica a cambio de un coche
Las medidas votadas por el Parlamento también incluyen un conjunto de bonificaciones que se obtienen al reemplazar un automóvil viejo por una bicicleta eléctrica. A partir de ahora, al desguazar un coche, se podrá acceder a una 'bonificación de conversión' de hasta 3.000 euros por cada persona del hogar. Antes era de 1.500 euros y era válido para una sola persona. El importe de la bonificación está limitado al 40% del precio de adquisición.
Además, las autoridades francesas han optado por dar un nuevo paso para los trabajadores que se desplacen a su puesto de trabajo en bicicleta. Ahora tienen acceso a un bono de 800 euros. Esta cantidad es el resultado de la combinación entre el Paquete de Movilidad Sostenible y el reembolso del transporte público.
Para lograr el incentivo completo de 3.000 es necesario, además de entregar un coche de combustión para el desguace, residir en una zona urbana calificada como de bajas emisiones y tener un nivel de ingresos que se sitúe por debajo de una cantidad estipulada. Aquellos que la superen verán reducido el incentivo en función de su nivel de ingresos. Además el programa admite que puedan optar a la ayuda cada uno de los miembros de una misma familia. Evidentemente, con una cantidad tan elevada es posible hacerse con una bicicleta eléctrica de altas prestaciones casi a mitad de precio, lo suficiente para desplazarse con facilidad y comodidad por la ciudad.
Las ayudas a la compra de una bicicleta eléctrica de carga han aumentado en Francia de 1.000 a 2.000 euros. En una ciudad como París, las entregas realizadas con bicicletas eléctricas que sustituyen a las furgonetas convencionales de reparto resultan cada vez más factibles. La alcaldesa Anne Hidalgo ha adoptado políticas agresivas para hacer que la ciudad sea más amigable con los ciclistas, peatones y, básicamente, todas las formas de transporte alternativo. Se trata de un movimiento que se está volviendo cada vez más común en ciudades de todo el mundo a medida que los residentes exigen una planificación urbana más accesible.
Las ciudades de las bicicletas eléctricas
El concepto de ciudades transitables diseñadas para priorizar la movilidad de las personas sobre los automóviles ha generado cambios en gran parte de Europa y los EE. UU. En muchos casos significa la implementación de carriles bici exclusivos y ampliar las aceras y las calles peatonales. Muchas ciudades están prohibiendo los automóviles en las zonas céntricas o introduciendo tarifas por congestión para desincentivar la conducción en las áreas urbanas más concurridas.
Europa ha tomado la delantera en la implementación de incentivos gubernamentales para el cambio a vehículos de dos ruedas reduciendo así la cantidad de automóviles en las ciudades. Algunos países han comenzado a ofrecer incentivos fiscales con los que esencialmente pagan a los ciudadanos por ir en bicicleta al trabajo en lugar de usar un automóvil.
Recientemente, Bélgica ha aumentado incentivo para ir en bicicleta al trabajo a 0,25 € por kilómetro y no es la única que ofrece dinero en efectivo a cambio de pedalear para ir al trabajo. Los Países Bajos ofrecen casi lo mismo y el Reino Unido ofrece incluso más, añadiendo un programa de incentivos de arrendamiento con opción a compra que recompensa a los ciclistas con descuentos en la compra de bicicletas y equipos de ciclismo.