Cannondale es uno del os mejores fabricantes de bicicletas del mundo. La fama que le precede se debe a la calidad de su construcción y a que generalmente implementa componentes de muy alta calidad. Todo eso tiene, como es de esperar una traducción en el precio de venta, que hace que sus bicicletas no sean accesibles a muchos compradores. Con la bicicleta eléctrica Treadwell Neo 2, el fabricante americano parece querer darle la vuelta a este razonamiento ofreciendo un vehículo urbano adaptado a este entorno por el que "solo" hay que desembolsar 1.800 euros.
No todos los ciclistas necesitan una bicicleta para su día a día dotada de un cuadro y unos componentes que también se encontrarían en los modelos de competición. La mayoría de las personas que viajan por la ciudad requiere un vehículo fiable y versátil que les no les cause problemas. Además, el precio de adquisición se convierte en un argumento fundamental cuando la decisión para por comparar el gasto que implica con el de los medios de transporte público, más allá del coche. Todo esto, en un escenario de gran competencia ha llevado a Cannondale a incluir en su catálogo la Treadwell Neo 2, una bicicleta eléctrica que se adapte a las necesidades y bolsillos de muchos usuarios
El fabricante norteamericano ha dado forma a una maquina con asistencia eléctrica diseñada particularmente para ser rápida, capaz, versátil y, sobre todo, mucho más barata que el resto de su oferta. La Treadwell Neo 2 hay que ponerla en contexto. Está diseñada para la ciudad y no para recorrer senderos complicados ni para competir en ningún campeonato. En su entorno urbano debería defenderse como en ningún otro lugar.
Por los 1.799 euros que Cannondale pide por ella se recibe una bicicleta que puede solucionar muchos desplazamientos diarios. La primera es la forma de su cuadro, construido totalmente en aluminio. El tubo superior se inclina hacia abajo para facilitar subir y bajar de ella, una acción que en la ciudad se realiza muchas veces y que es clave a la hora de calificar la comodidad de un vehículo como este. Un manillar elevado por encima de la altura del sillín permite al ciclista viajar en una posición erguida, vigilando su entorno para evitar accidentes y no maltratando su espalda y su cuello con posiciones aerodinámicas innecesarias. Además, preserva la estética y añade seguridad el enrutado de todos los cables por su interior.
En cuanto al sistema eléctrico, aquí es donde puede que Cannondale necesite explicar y defender su elección. El motor eléctrico de 250 W de potencia está situado en el buje de la rueda trasera y su proveedor es Hyena. Igualmente, la batería interna de 250 Wh de capacidad, también procede de este mismo fabricante. No es extraíble, es decir para recargarla hay que llevar la bicicleta cerca de un enchufe. Eso evita al fabricante tener que disponer de un sistema de seguridad antirrobos y también ayuda a que la integración en el cuadro sea tan perfecta que prácticamente ni se nota que está ahí.
¿Quién es Hyena? Probablemente pocos conocerán a este fabricante de componentes taiwanés que, sin embargo, lleva en el mercado desde 2013 con equipos de calidad similar a los que ofrecen Bafang y otros fabricantes de origen chino.
La batería proporciona energía como para recorrer 75 kilómetros a una velocidad máxima de 25 km/h (de asistencia) que es lo que permite la normativa EPAC. Una cantidad suficiente para el día a día, aunque, como en todos los casos, depende de varias circunstancias como el peso del ciclista, el nivel de asistencia que requiera y la orografía que atravieses.
En las especificaciones técnicas Cannondale no indica el par que ofrece el motor, que cuenta con una con una transmisión de siete velocidades de microShift y un casete Sunrace 11-34T. El sistema de frenado está compuesto por unos frenos de disco de 160 mm de Tektro con accionamiento mecánico.
Un inconveniente que puede encontrar algunos usuarios es la falta de portabultos y soportes para llevar un bolso o pequeños paquetes. Si bien cuenta con dos soportes para botellas, el transporte urbano diario a veces exige poder situar pequeños objetos en un lugar seguro de la bicicleta.