Al comprar una bicicleta eléctrica hay que tener en cuenta la posibilidad de transportarla. La mayoría de las veces nos desplazaremos con ella, pero en otras ocasiones deberemos cargarla en el coche, ya sea para irnos de viaje o hacer una ruta lejos de casa.
Antes de nada, tenemos que pensar si nuestro coche tiene suficiente espacio de almacenamiento para poder transportarla en el interior del vehículo. De ser así, deberemos tener presente los siguientes aspectos:
- Es posible que la bicicleta esté repleta de suciedad de anteriores salidas y que la cadena pueda dejar manchas de grasa. En este caso, recomendamos envolver nuestra ebike con algún tipo de sábana o mantel para no dañar la tapicería.
- Seguramente, tendremos que desmontar al menos una de las dos ruedas. Prácticamente todas las bicicletas eléctricas llevan frenos de disco por lo que, al sacar la rueda, deberemos evitar tocar el freno para no dañar las pastillas. Podemos solventar este inconveniente fácilmente con unos espaciadores de pastillas de freno. Sabiendo que los discos son unos componentes muy frágiles, hay que ir con cuidado de no doblarlos con ningún golpe ni rozadura.
- La bicicleta tendrá que ir sujeta de manera segura dentro del vehículo, por su peligro en caso de accidente. Podemos utilizar parte del equipaje para fijar nuestra bicicleta.
Los frenos de disco son componentes muy delicados. Cualquier roce puede doblarlos, hecho que provocará ruidos o fallos mecánicos en nuestra bicicleta.
En el caso de tener que montar un soporte para transportarla en el exterior, existen tres opciones:
Usar un portabicicletas de techo: es la opción que más afectará al consumo de nuestro coche ya que la aerodinámica se verá claramente modificada.
Cargar la bicicleta encima del automóvil también puede suponer un peligro. Durante la conducción, hay que tener en cuenta que la altura conjunta se incrementa en un metro aproximadamente y, por lo tanto, tendremos que permanecer especialmente atentos en los peajes, gasolineras, parkings, túneles...
Además, las bicicletas eléctricas tienen un peso superior a las convencionales. Subir unos 20 kg encima del coche puede que no sea tarea fácil para algunos, por lo que quizá no es la opción más confortable.
Si tenemos instalado un enganche de remolque en la parte trasera de nuestro vehículo podemos instalar un portabicicletas de bola. Seguramente es la opción más cómoda, ya que no nos limita el espacio interior del vehículo ni la apertura del maletero.
Si el transporte de bicicletas es ocasional, nos basta con un portabicicletas de portón trasero, situado en la puerta del maletero. La instalación de este complemento es un poco lenta y nos impide la apertura de la puerta posterior. Además, el peso de la bicicleta eléctrica superará fácilmente el tope recomendado por el fabricante.
Siempre que sea posible, se recomienda extraer la batería y los mandos del sistema eléctrico durante el transporte para evitar el desgaste debido a los agentes externos.
Ambos accesorios colocados en la parte trasera no pueden superar el 15% de la longitud del vehículo y ni rebasar la anchura total del automóvil, incluyendo los retrovisores. También es obligatorio llevar la placa V-20 para señalizar la carga que sobresale por detrás y en el caso que el portabicis tape la matrícula o los pilotos traseros, deberemos añadir una placa homologada o unas luces supletorias en el accesorio.
En todos los casos, tanto si montamos nuestro "bicycle carrier" como si no, sugerimos trasladar nuestra ebike con un desarrollo que no implique tensión en los cambios, situando la cadena en el plato y el piñón más pequeños posible. Si la transportamos en el exterior, deberemos comprobar el peso máximo de carga de nuestros soportes, que estarán especificados en el manual de montaje. De ser posible, también recomendamos sacar las baterías y la unidad de control electrónica para evitar posibles daños causados por la lluvia, el frío o la suciedad.