El Mountain Bike es la modalidad con mayor número de practicantes. También es la más técnica y la que requiere superar los desniveles más pronunciados. Las bicicletas eléctricas gozan de una gran presencia en esta modalidad. El hecho de rodar alejados del tráfico hace que no exista ninguna preocupación y que se pueda disfrutar de la naturaleza con los cinco sentidos. Las bicicletas de montaña (MTB) utilizan sistemas de suspensión para amortiguar los golpes e irregularidades del terreno y mayoritariamente cuentan con frenos de disco.
El gravel es una disciplina relativamente nueva. Su uso está pensado para pistas de tierra o grava, aunque su comportamiento en asfalto también es muy bueno. La diferencia principal entre una gravel y una de carretera es la amplitud del paso de rueda. Las ´flacas’ suelen equipar ruedas de 25 o 28cc, mientras que en las pisteras puede montarse un neumático de hasta 50c con espacio suficiente para la evacuación de barro en terrenos mojados.
La venta de ebikes se ha disparado en los últimos años.
El cuadro de gravel también acostumbra a ser más corto y robusto, hecho que comporta una postura menos forzada del ciclista. Así como en la carretera la aerodinámica tiene más importancia por las altas velocidades, las gravel ofrecen más comodidad, equilibrio y manejo.
Esta modalidad también permite explorar pequeños senderos en buen estado, siempre que no existan pendientes muy pronunciadas o el terreno no sea demasiado abrupto. Las e-bikes se están consolidando en este sector para ofrecer aún más alternativas a aquellas personas que practican el ciclismo con asistencia de pedaleo.
La versatilidad de las gravel las hace ideales para hacer itinerarios de varios días. La mayoría de ellas vienen equipadas con puntos de anclaje para equipar portabultos y alforjas. El bikepacking se está consolidando como una nueva forma de turismo y ocio, que combinada con deporte y naturaleza, hace que sea una experiencia realmente extraordinaria.
El gravel también permite aventurarse por senderos en buen estado.
Las bicicletas de carretera están orientadas a rutas sobre asfalto y son las más ligeras de todas. Por lo general, es la especialidad donde la media de velocidad es más alta y el hecho de rodar en grupo implica un menor desgaste físico. Por lo tanto, te permite llegar muy lejos en un tiempo relativamente corto. Eso sí, hay que tener en cuenta que se comparte espacio con otros vehículo y se debe estar atento en todo momento.
Evidentemente, los tres tipos están sujetos a un amplio abanico de materiales, componentes y precios. Así pues, al elegir bicicleta, debemos basarnos en el tipo de terreno por el que rodaremos habitualmente. De todos modos, salir en bicicleta siempre es un hábito saludable y respetuoso con el medioambiente.
