El diseñador taiwanés Lin Yu Cheng ha creado una nueva bicicleta eléctrica urbana que basa su diseño en la elegancia y en la búsqueda de la comodidad del ciclista. Su aspecto inicial, más que hacer viajar a la mente a las bicicletas del futuro, parece retrotraerla a las del pasado, cuando se consideraba que el criterio de modernidad de una bicicleta exigía un cuadro formado por grandes superficies curvas en busca de la aerodinámica y ruedas sin radios, 'lenticulares', para ganar eficiencia. Sin embargo, lo que ofrece Euclid E-bike está un poco más allá porque, como su propio nombre indica, la respuesta está en Euclides, el matemático griego 'padre de la geometría'.
El cuadro de la Euclid E-Bike está basado en unos tubos sobredimensionados y de sección rectangular, que ofrecen una amplia superficie vista, huyendo del diseño minimalista de la tendencia de diseño actual. Realmente es una única pieza sobre el que se monta el sillín, los componentes del sistema de propulsión eléctrica, la horquilla delantera y el basculante trasero. Las ruedas cuentan con seis enormes radios que acaban en una llanta que invade el interior de la circunferencia.
Los componentes que se montan sobre él también son dignos de atención. La horquilla delantera se parece más a la de una bicicleta de carretera con las barras ensanchadas, siguiendo la líneas de diseño del resto del cuadro. En su interior esconde un sistema de suspensión. Sobre ella se eleva la potencia, aunque en este caso en lugar de estar formada por un vástago y un manillar horizontales que permite la dirección de la bicicleta, se monta un soporte vertical del que nacen los dos asideros sobre los que se colocan las manos, sin manetas de freno ni cambio a la vista. Para dirigir la bicicleta el cuadro se une a la horquilla a través de lo que parece ser una bisagra similar a la que se usa en las puertas.
Todo el diseño de la Euclid E-bike responde a un mismo lenguaje geométrico.
El basculante trasero es también una superficie ensanchada que se articula sobre el eje de las bielas del pedalier, en lugar de hacerlo sobre el habitual tubo del sillín, inexistente en este caso, ya que este se monta directamente en la barra superior del cuadro. Un amortiguador trasero que nace de la parte delantera del basculante y se une a la barra vertical del cuadro se encarga de reducir los impactos sobre este componente.
El motor eléctrico no se monta en la rueda trasera sino que se aloja en el eje del pedalier. La batería que lo alimenta se sitúa en la parte baja de la barra horizontal del cuadro. Por su color diferenciado respecto a este, parece ser extraíble para poder recargarse en cualquier lugar. Como era de esperar, no hay información sobre las características técnicas del motor, como la potencia y la velocidad a la que puede apoyar el pedaleo del ciclista, ni sobre las de la batería, como son el peso, la capacidad o la autonomía que podría llegar a ofrecer.
La batería de la Euclid E-bike se monta bajo la barra horizontal y es extraíble.
¿La veremos en algún momento circulando por una ciudad? Probablemente no con el aspecto que se muestra en este diseño preliminar, como ocurre con cada concepto que se presenta, aunque una versión aterrizada en la realidad podría en algún momento llegar al catálogo de algún fabricante.