La tecnología que rodea a las bicicletas eléctricas avanza a un ritmo acelerado. Los sistemas de asistencia se llevan buena parte de la inversión en estos desarrollos. Pero, aprovechando la inclusión de una batería para alimentar dispositivos, otros aspectos relacionados con la conectividad y la inteligencia artificial están convirtiendo a estos vehículos en uno de lo que más aprovechan lo que ahora se conoce como internet de las cosas (IoT). Las bicicletas eléctricas actuales se están convirtiendo en los verdaderos dispositivos de movilidad inteligente.
Sram se ha destacado en la industria de la bicicleta por su continua innovación y ha introducido varias tecnologías avanzadas en el mercado de ciclismo. Su última idea la ha plasmado en una patente que podría cambiar por completo la forma de interactuar con las bicicletas eléctricas. Hasta ahora, todas las acciones relacionadas con el cambio de marchas dependen de un gatillo, una palanca o, últimamente, un botón electrónico. Sram propone olvidar todo esto para que esta acción se realice con un gesto de la mano o, incluso, con la voz.
El control de dispositivos a través de gestos de las manos y comandos de voz existe desde hace varios años. ¿Quién no usa asistentes virtuales como Siri, Alexa o Google casi todos los días? Incluso, los fabricantes de coches los desarrollan para evitar al conductor retirar la vista de la carretera. ¿Por qué no aprovecharlo para las bicicletas? A imagen y semejanza de la industria del automóvil, el ciclista podría decir “Sram, sube una marcha” y el resto del proceso se haría de manera automática.
Es cierto que el desarrollo de transmisiones automáticas que realizan todo el proceso sin la intervención del ciclista, basándose en los datos de los sensores (potencia, pendiente, velocidad), pueden hacer inútil esta nueva tecnología de Sram. Sin embargo, su aplicación no se reduce a cambiar de marcha.
Sram ha demostrado su intención de ampliar su protagonismo en el mundo de las bicicletas eléctricas con la adquisición de Amprio, una empresa alemana que desarrolla y fabrica motores eléctricos. También está bajo su paraguas la marca de suspensiones RockShox, que fabrica suspensiones, tanto horquillas como amortiguadores. Esta patente podría ir más allá y ser capaz de configurar la respuesta del motor e incluso modificar la dureza o el recorrido de las suspensiones solo con mover un dedo o decírselo de viva voz.
En la patente de Sram, el diseño del control de gestos se presenta mediante un guante con múltiples sensores conectados a los dedos. Si bien es lo único que se ha filtrado hasta ahora y, por lo tanto, todas las posibles aplicaciones y formas de uso no son más que meras especulaciones, lo cierto es que la empresa americana está tratando de implementar estos sistemas en un futuro cercano.