Yamaha está realizando bicicletas que quizás se salen un poco de la norma, algo que es de agradecer en un sector donde parece que todos los grandes fabricantes se miran de reojo. El caso de la Wabash RT de Gravel que hemos podido probar es un claro ejemplo.
Que el gravel es una modalidad en auge no es noticia: todo fabricante quiere tener una bicicleta de gravel, siguiendo unas pautas que parece que se están instaurando. Yamaha, por contra, sigue una receta diferente que ha dado como resultado la Wabash RT. Tras tenerla en nuestras manos, llegamos a la conclusión que el camino elegido por los japoneses es bastante adecuado si tenemos en cuenta hacia el perfil de usuarios al que va dirigido. Pero, entremos en detalle.
Motor Yamaha PW-ST de 70 Nm y batería de 500 Wh
Empecemos por lo que más diferencia a la Wabash RT de otras bicicletas eléctricas de gravel. El conjunto motor-batería se decanta por ofrecer una alta potencia (70 Nm) y autonomía de sobra (batería de 500 Wh), a diferencia de las tendencias en este tipo de bicicletas que están optando por motores de poca potencia (entre 50 y 60 Nm) y baterías de menor capacidad para conseguir, al menos sobre el papel, un comportamiento más parecido a una bicicleta sin motor.
En el caso de nuestra protagonista, el que se parezca más o menos a una bicicleta no eléctrica es decisión personal ya que cuenta con hasta 4 modos de aporte de potencia, desde el menor aporte, el ECO+ (que deja en las piernas del ciclista la responsabilidad de mover con soltura la Wabash) hasta el de máximo, HIGH, que nos hará volar.
Y es que si las fuerzas comienzan a fallar, siempre tendremos potencia más que de sobra en nuestra Wabash RT. En rutas de muchos kilómetros, tener una amplia autonomía generada por su batería de 500 Wh es un seguro de vida: si necesitamos tirar más de la cuenta del motor, la autonomía no se resentirá mucho y podremos terminar nuestra ruta con remanente suficiente.
De todas las formas, una bicicleta gravel requerirá del motor en menos ocasiones que, por ejemplo, una bicicleta de montaña: todos sabemos que los motores Pedelec no dan potencia por encima de los 25 km/h y rodar más allá con una gravel es tremendamente fácil por la poca resistencia a la rodadura de sus neumáticos y por un peso siempre más bajo que el de las eMtb. Así que, en una gravel, y en concreto en la Wabash RT, no estaremos usando el motor en gran parte de las rutas, solamente en ascensiones donde la velocidad decaiga de los 25 km/h.
Por su parte, la transmisión se ha encomendado a la versión de 11 velocidades del grupo GRX de Shimano. Su accionamiento es muy satisfactorio por el buen hacer que tienen en general las transmisiones de este fabricante, pero es que, además, en el caso de la Wabash RT, el manejo de las manetas es muy cómodo por la disposición tan abierta del manillar que hace que aquellas queden también abiertas, muy al alcance de nuestras manos.
Cuadro en aluminio con una geometría adaptada a ‘casi’ todo
Nos centramos generalmente en si un cuadro es más o menos ligero, buscando siempre la codiciada fibra de carbono para su fabricación. Pero, no nos damos cuenta de que en una bicicleta eléctrica la repercusión de esos gramos de menos está bastante disimulada por su condición de e-Bike.
Más importante que todo eso es que una bicicleta nos aporte confianza en la conducción y ahí el cuadro de la Wabash RT es una garantía. En primer lugar, porque ofrece una cómoda posición a los mandos que se ve, además, ayudada por el manillar instalado que es muy amplio y con las puntas muy abiertas (en la parte superior tiene 460 mm de anchura y entre puntas llega a 580 mm). Este diseño permite un gran dominio de la dirección. La Wabash RT tiene, además, en su cuadro detalles de una montura gravel en toda regla ya que hay suficientes anclajes (en la horquilla y en el triángulo trasero) como para instalar bastante equipaje. También podemos colocar dos portabidones en el interior del triángulo principal.
En segundo lugar, dispone de un accesorio poco usual en este tipo de bicicletas como es la tija telescópica: en nuestra unidad (talla m), esta tija ofrece 60 mm de recorrido, más que suficientes para poder adoptar una postura más cómoda a la hora de bajar por caminos complejos. Nos gustó mucho que tuviera cierta compresión (hablamos de 1 o 2 mm) en terreno bacheado, ya que de esa forma también filtra las irregularidades, otorgando mucha comodidad a la Wabash RT en rutas de muchos kilómetros. No en vano, ese es uno de los aspectos que más nos ha gustado.
Una bicicleta eléctrica muy versátil… ¡y rápida!
Si queremos realizar rutas a toda velocidad, la Wabash RT nos permitirá rodar con mucha facilidad aunque el motor no aporte: no es complicado moverla en terrenos rápidos en el entorno de los 30 km/h. Cuando el terreno comienza a ascender, el peso se deja notar, pero menos de lo imaginado. Aun así, el motor está ahí y, para cuando la velocidad baja de los 25 km/h, este comienza a aportar potencia.
Confesamos que nos hemos manejado en la mayoría del tiempo con el modo ECO+, subiendo hasta el ECO cuando la pendiente era pronunciada. De esta manera, hemos realizado un ciclismo muy similar al de una bicicleta sin motor, al menos en lo que a ejercicio físico se refiere.
Sus dimensiones bastante compactas nos permiten circular por senderos revirados con mucha facilidad, además de que su manillar ancho imprime mucha confianza cuando estos se complican y las piedras y roderas comienzan a aparecer. Es tan intuitiva y tiene una postura tan bien conseguida que, siendo honestos, casi no hemos usado la tija telescópica.
Además, aunque no es una gravel de las más ligeras (hemos comprobado 21,6 kg en nuestra báscula), el peso colocado tan bajo derivado de la posición del motor permite que la Wabash RT cambie de posición con facilidad: la operación de ir entrelazando curvas es muy fácil.
En tramos de buen firme y en bajada, la Wabash RT puede correr todo lo que nuestras piernas puedan pedalear. La velocidad puede ser muy alta, pero la potencia de frenado está a la altura de las circunstancia. ¡Incluso diríamos que más! El set de frenos firmado por Shimano es el del acabado GRX, con un accionamiento hidráulico hacia las pinzas que muerden unos discos de grandes dimensiones, como el delantero que en este caso es de 180 mm, algo inusual en el gravel. No siempre la potencia de sobra es buena y en esta bicicleta hay que tener tacto para no bloquear las ruedas cuando el terreno muestra poco agarre (hemos rodado con el suelo muy seco y constantemente derrapábamos con la rueda trasera).
Y eso que los neumáticos Maxxis Rambler poseen un dibujo muy correcto, con una buena relación entre agarre y poco lastre al rodar. Los 45 mm de anchura son suficientes pero, si la Wabash RT fuera nuestra, en el primer cambio de neumáticos instalaríamos otros de 50 mm ya que el cuadro los admite y el mayor balón de estos beneficiaría la comodidad de marcha.
Antes decíamos que una cosa que nos ha gustado mucho es la comodidad de esta Wabash RT: y es que parece mentira que, sin poseer ningún sistema de suspensión (y teniendo en cuenta que un alto peso siempre genera inercias, sobre todo por firmes bacheados), hemos pasado por todo tipo de terreno con mucha comodidad, pudiendo llegar a casa con el cuerpo bastante descansado para lo que es una gravel.
Su versatilidad es muy alta y, gracias a la mencionada comodidad, esta bicicleta puede ser también usada en desplazamientos urbanos: ir a trabajar o incluso a la compra es algo que se puede hacer perfectamente con ella.
Autonomía suficiente incluso para viajar
Los 500 Wh de capacidad de la batería que instala la Wabash RT dan para mucho: nosotros que, como comentábamos, nos hemos movido casi siempre en los modos ECO+ y ECO, hemos llegado a nuestro destino con un remanente muy destacado. Por ejemplo, tras rutas rondando los 60 km y con desniveles sobre los 700 m positivos, no era difícil ver en el display un 70% restante de batería.
Es cierto que casi no tocábamos los modos más potentes, pero, en condiciones normales (es decir, echando mano a ellos en algún momento puntual) no será difícil llegar a los 100 km sin repostar. Y eso, por ejemplo, en un viaje, es una cifra más que importante. Además, el poder sacar la batería (se desbloquea con llave) es un punto a su favor para llevarla a cargar a la propia habitación del alojamiento donde pasemos la noche. No obstante, existe también otra toma externa para recargarla sin quitarla de la bicicleta.
Conclusión
La Yamaha Wabash RT posee muchos argumentos a favor para ser una perfecta compañera de fatigas: el motor tiene infinitas caras al permitir que realicemos una conducción casi de bicicleta sin motor y demandar de él un gran aporte cuando sea necesario. La autonomía, muy alta, será una gran aliada para cuando queramos hacer muchos kilómetros sin miedo a quedarnos tirados.
El manejo, a pesar de lo que nos dice el alto peso, es muy asequible para cualquiera: no hace falta ser un experto en esto del gravel para sacar partido a las bondades del motor. Se mueve con soltura, rueda muy bien aunque el motor no suministre potencia, frena bien y, además, es muy cómoda.
En el lado menos positivo estaría el peso que, aunque no afecte mucho en su comportamiento, cuando ruedas sin asistencia y el camino empieza a subir, hace que nuestras piernas pesen y que la velocidad decaiga rápidamente, buscando esa barrera de los 25 km/h para que el motor cobre vida.
Hemos querido dejar para lo último un aspecto que creemos que es muy definitivo para valorar tan positivamente a esta bicicleta eléctrica y es su precio: 3.499 €. Un importe que nos parece más que correcto para lo que nos aporta esta bicicleta, que es mucho.
Ficha técnica Yamaha Wabash RT
- Cuadro: Aluminio.
- Motor: Yamaha PW-ST (70 Nm).
- Batería: Yamaha 500 Wh.
- Transmisión: Shimano GRX 11 vel.
- Frenos: Shimano GRX Hydro.
- Ruedas: Aluminio doble pared, 25 mm anchura.
- Neumáticos: Maxxis Rambler 700 x 45c.
- Manillar: Aluminio 460 mm (580 mm en puntas).
- Sillín: Yamaha OffRoad CroMo.
- Tija: Limotec 60 mm.
- Peso: 21,6 kg (verificado con pedales por Híbridos y Eléctricos).
- Precio: 3.499 €.
