Scott es uno de los fabricantes del sector del pedal con mejor reputación, y acabada de presentar la que se se postula como el máximo exponente de su gama en el campo de las bicicletas eléctricas de off-road. Se trata de la Scott Ransom eRide, una bicicleta eléctrica de enduro que se ampara en un esquema eléctrico de Bosch para ofrecer un atractivo producto final.
El último lanzamiento del Scoot del que nos hicimos eco distaba en cuanto a concepto de la Ransom eRide que conocemos hoy. Era la Scott Addict eRide, una bicicleta eléctrica también de tecnología punta pero enfocada a un uso de alto rendimiento en carretera.
La Ransom eRide se desmarca de la Addict, además de obviamente por su concepto, por su esquema eléctrico. Y es que en la bicicleta eléctrica de carretera buscando la mejor relación entre prestaciones y peso Scott decidió dota a la Addict de un dueto eléctrico compuesto por un motor y una batería del especialista Mahle.
La Scott Ransom eRide se basa sobre la Scott Ransom (no eléctrica), una de las bicicletas de las que más presume el fabricante en base a las pruebas de la prensa especializada. El esquema eléctrico que toma protagonismo en la Ransom eRide, sin embargo, es el archiconocido Bosch Performance Line Cx. Se trata, a todas luces, de uno de los mejores esquemas eléctricos cuantos se pueden equipar en una bicicleta eléctrica de este tipo, y así lo demuestra el número de bicicletas eléctricas que a día de hoy pasan por equipar el sistema eléctrico de Bosch.
Scott Ransom eRide.
Su potencia se sitúa en los máximos 250 W que el marco europeo impone para que a efectos legales se siga considerando como una bicicleta eléctrica, dejando el protagonismo a los 85 Nm de par motor que es capaz de llegar a rendir.
Se alimenta de una batería ubicada en el tubo inferior del cuadro. Por supuesto es extraíble para su carga, y tiene una capacidad de 625 Wh, cifra relativamente alta para una bicicleta eléctrica. Si bien la autonomía total con una carga completa no la especifica el fabricante, lo cierto es que en condiciones de uso normal (dado el enfoque puramente prestacional de la Ransom eRide) en las mejores condiciones debería rondar los 80 kilómetros de asistencia eléctrica.
Siendo una bicicleta eléctrica de estilo freeride, y dado su precio, era de esperar que Scott correspondiera con componentes de primera línea, y así lo acredita su ficha ténica, donde la suspensión y el sistema de frenado destacan por encima del resto de componentes.
Scott Ransom eRide.
Su suspensión delantera corre a cargo de FOX, quien dota a la Scott Ransom eRide de una horquilla FOX 38 Performance Elite de 180 milímetros de recorrido. Al ser una bicicleta de geometría full-suspension también consta de un resorte incorporado en el cuadro de FOX, modelo Float X2 Performance y consta de dos posiciones distintas de ajuste.
El sistema de frenado es obra de la japonesa Shimano. En ambos ejes encontramos sendos discos de freno de 203 milímetros de recorrido, mordidos por pinzas de freno de cuatro pistones accionadas hidráulicamente. Por contra a lo que es habitual, la transmisión no la suministra Shimano, sino SRAM, dotando a la Ransom eRide de una X01 Eagle de 12 velocidades.
Todos estos son datos relativos a la versión eRide 910 de la Scott Ransom eRide, que está disponible por 6.999 euros en España y está disponible en color que luce la bicicleta que ilustra estas líneas.
Por debajo de esta Scott ofrece la Ransom eRide 920, acabada en color verde mate y que a base de equipar componentes ligeramente menos capaces (especialmente su suspensión, aunque estando FOX presente) parte desde un precio de 5.549 euros en nuestro país.