El dopaje es un fraude que desgraciadamente persigue al ciclismo desde hace muchos años. Al dopaje médico que tantos disgustos y sinsabores ha traído a este deporte se ha unido en los últimos años el dopaje mecánico o tecnológico. Con el inicio del Tour de Francia de 2022 el pasado 1 de julio, la Unión Ciclista Internacional (UCI) presentó una serie de estrategias diseñadas para luchar contra este nuevo dopaje y los protocolos que seguirá durante la dura competición francesa. Así es como lucha este organismo contra esta nueva nube que acecha al ciclismo de competición.
En ciclismo, se conoce con el nombre de dopaje mecánico a aquellas prácticas fraudulentas que tratan de sacar ventaja en las competiciones de elementos mecánicos instalados en las bicicletas como son pequeños motores eléctricos y baterías. La UCI lleva vigilando y persiguiendo este tipo de prácticas desde 2016 y para ello empela varios sistemas de control que aplica según un protocolo de actuación riguroso para que no existan en ningún momento dudas sobre su legitimidad.
El pasado 1 de julio, pocas horas antes del inicio del Tour de Francia 2022, una importante competición sobre la que están puestas todas las miradas y que tiene repercusiones a nivel mundial, la UCI presentó las nuevas tecnologías y el protocolo de inspección contra el dopaje mecánico. Durante la edición del año pasado, se realizaron 1.008 controles de bicicletas y no se detectó ningún caso de fraude.
El protocolo presentado por la UCI desgrana el procedimiento que seguirán sus inspectores durante los 21 días de la carrera dirigido a encontrar y localizar posibles sistemas de ayuda mecánica escondidos en el interior de las bicicletas, como es el caso de pequeños motores eléctricos que ayuden a los ciclistas a pedalear y los acumuladores y baterías que los alimentan. Estos sistemas pueden ir ocultos en el interior de los tubos del cuadro y accionados mediante botones escondidos que se comunican mediante sistemas inalámbricos.
Para localizarlos, los comisarios disponen de dos herramientas principales: las habituales tablets magnéticas que se han venido empleando hasta ahora y las cabinas móviles de rayos X basadas en las tecnologías de retrodispersión y transmisión. El mismo tipo de tecnología que se emplea en los escáneres de los aeropuertos basadas en ondas de muy baja energía que no suponen ningún riesgo para quienes se encuentran alrededor.
El protocolo de actuación indica que antes de cada una de las etapas, el comisario técnico de la UCI inspecciona cada una de las bicicletas que va a tomar la salida cada día. Este primer control se realiza mediante las tablets magnéticas (que se emplean desde 2016), cuyo software ha sido actualizado recientemente, e identifica elementos sospechosos que pudieran estar colocados en el interior de los tubos del cuadro de las bicicletas.
Al finalizar cada etapa se realizan controles sobre las bicicletas del ganador de la etapa, de los líderes de cada clasificación y de tres o cuatro ciclistas seleccionados cada día al azar. Además, también se controlar las de aquellos ciclistas que durante la etapa han tenido un comportamiento que pueda considerarse sospechoso, como por ejemplo un número anormal de cambio de bicicletas sin motivo aparente. Por ello, los comisarios también tienen la potestad de controlar las bicicletas que viajan en el techo de los coches de apoyo.
Una vez finalizada la etapa, al cruzar la línea de meta, cada una de estas bicicletas es etiquetada y el control se lleva a cabo en unos minutos. Estos se realizan utilizando las cabinas móviles de rayos X (una tecnología introducida por la UCI en 2018) junto con la tecnología de transmisión y retrodispersión que comenzó a utilizarse más recientemente, en 2021. En caso de sospecha y si es necesario, los comisarios pueden incluso solicitar el desmontaje completo de la bicicleta.
Los rayos X proporcionan una imagen de alta resolución del interior de la bicicleta en tan solo cinco minutos. La tecnología de retrodispersión se utiliza para proporcionar imágenes instantáneas del interior de las secciones examinadas y la de transmisión para mandarlas de forma remota a los comisarios de la UCI.
Estos métodos de control y los protocolos correspondientes se aplicarán a todos los eventos UCI WorldTour, a los Campeonatos del Mundo de Ruta de la UCI, a los Campeonatos del Mundo de Ruta de Paraciclismo de la UCI, a la Copa del Mundo de Ruta de Paraciclismo de la UCI, a los
eventos del WorldTour Femenino de la UCI y a los Juegos Olímpicos. Los controles también se llevan a cabo en los Campeonatos del Mundo UCI de MTB, ciclocross y pista, así como en la Copa del Mundo UCI de Ciclocross.