La minería, que precisa de operaciones subterráneas en ubicaciones localizadas y con recorridos repetitivos, es un sector en el que la electrificación de la maquinaria de trabajo tiene más sentido. Un ejemplo de ello es el acuerdo firmado por AngloGold Ashanti, propietaria de la mina australiana de roca dura de Sunrise Dam; Barminco, una empresa de servicios mineros, y Sandvik, fabricante de equipos especializados en este sector.
La mina de oro Sunrise Dam está ubicada a 220 kilómetros al noreste de Kalgoorlie y 55 kilómetros al sur de Laverton, en Australia Occidental. Barminco gestiona esta mina tras el cese de la explotación a cielo abierto en 2014. La mina subterránea produce aproximadamente 2,7 millones de toneladas métricas de mineral al año.
Esta asociación ha llevado a que, desde el 14 de septiembre, Australia se convierta en el escenario de pruebas del camión minero subterráneo eléctrico Sandvik TH665B. El prototipo se ha convertido en el camión eléctrico más grande del mundo que jamás se haya construido.
Debajo del ‘capó’ del Sandvik TH665B
La industria minera australiana tuvo su primer encuentro con el Sandvik TH665B cuando hizo su debut en el Congreso Mundial de Minería en Brisbane a principios de este año. El prototipo es el fruto de sus 40 años de experiencia en electrificación.
Desde el punto de vista técnico, el fabricante ha montado un sistema eléctrico que supera con creces las prestaciones de los habituales camiones de combustión. En su gigantesca estructura, el camión alberga un sistema de transmisión eléctrica capaz de generar 630 kW de potencia (845 CV), lo que permite una alta aceleración y ciclos de trabajo más cortos. Se alimenta de una batería de litio ferro-fosfato (LFP) con una capacidad de 354 kWh.
Pero eso no es todo. Estas especificaciones técnicas logran unas prestaciones que también superan a sus hermanos contaminantes. Es capaz de transportar una carga máxima de 65 toneladas, generando un 80% menos de calor. También es más rápido, subiendo por una rampa con pendiente 1:7 un 25% más rápido que un camión diésel.
Sandvik contará con la presencia de cuatro técnicos en el lugar que ofrecerán soporte a la máquina durante la prueba y proporcionarán la capacitación a los trabajadores locales para la operación y el mantenimiento de todo el equipo necesario.
Otra característica destacada del Sandvik TH665B es su sistema de cambio automático de batería patentado, conocido como AutoSwap, que agiliza de manera significativa el proceso de recarga ya que se completa en tan solo tres minutos. Además, permite que el operador permanezca en la cabina durante todo el tiempo que dura el proceso ya que no hay necesidad de contar con infraestructuras adicionales, como una grúa puente para desplazar las baterías.
El camión del futuro
Darren Kwok, director de Electrificación y Tecnología en Perenti, la empresa matriz de Barminco, expresó su entusiasmo por los logros que este prototipo de Sandvik puede alcanzar. “Como empresa, nos centramos en tratar de ayudar a nuestros clientes descarbonizando sus minas. Probar nuevos equipos para respaldar este objetivo es una parte fundamental de nuestra estrategia", asegura. “Los vehículos eléctricos de batería no sólo tienen el potencial de reducir las emisiones de carbono, sino que también pueden mejorar el entorno subterráneo para los trabajadores mineros e impulsar la eficiencia de las operaciones”, ha añadido.
Andrew Dawson, gerente de línea comercial de carga y transporte de Sandvik, asegura que estos vehículos eléctricos) pueden mejorar la productividad y el rendimiento en la gestión de residuos orgánicos, reducir los tiempos de trabajo, disminuir los costes operativos y rebajar los gastos relacionados con la ventilación y el enfriamiento. En términos de sostenibilidad, contribuyen a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, mejoran la eficiencia energética y fomentan la independencia de combustibles fósiles. Además, ofrecen otras ventajas relacionadas con la salud y la seguridad de los operadores, al reducir las emisiones de partículas diésel, disminuir el ruido y la vibración y minimizar la generación de calor.
También ha explicado los siguientes pasos que seguirán a esta prueba piloto: “valoraremos todos los datos que obtengamos del prototipo interactuando con las condiciones australianas a medida que Sandvik continúa desarrollando su gama eléctrica de batería, hasta que el Sandvik TH665B pase a la fase de producción comercial”.