La industria pesada es la que más difícil tiene la transición hacia la movilidad eléctrica, o al menos eso es lo que la mayoría podría imaginar. En unos años veremos circular por nuestras carreteras una gran flota de camiones eléctricos realizando las mismas labores que cualquier modelo térmico actual. En la actualidad ya podemos ver a unas pocas unidades haciendo labores excepcionales, como es el caso del primer camión maderero del mundo entregado por Scania. Una bestia libre de emisiones.
SCA es una empresa sueca dedicada, entre otros negocios, a ofrecer madera de bosques renovables. Con una superficie total de 2,6 millones de hectáreas al norte del país, SCA planta árboles para posteriormente extraer la madera mediante sistemas sostenibles. Una cadena de valor que ahora se ve reforzada por la presencia del primer camión de transporte de madera con tecnologías 100% eléctricas con el que se pretende ahorrar 55 toneladas de CO2.
El desarrollo no ha sido sencillo pues hay que tener en cuenta las especiales labores que se plantean en esta ocasión. Conjuntamente han trabajado Scania, SCA y el Instituto de investigación Skogforsk. Las labores principales van a ser la de transportar la madera cortada desde la terminal de SCA a la fábrica de papel. Durante los próximos meses serán puestas a prueba sus características para recopilar datos que permitan analizar la conveniencia de transformar toda la flota de camiones a mecánicas 100% eléctricas.
Tras ese breve periodo de análisis, el primer camión maderero entrará definitivamente en servicio, sumándose como uno más al trabajo. Todas las especificaciones resultan de lo más sorprendentes. El peso de la cabeza tractora es de 10,8 toneladas, 1.500 kilogramos más que el modelo correspondiente con motor diésel. Gran parte de ese incremento de peso se debe al extenso paquete de baterías que se encarga de mover el camión; 624 kWh de capacidad bruta y 468 kWh de capacidad neta.
A diferencia del Scania 45 R/S presentado el mes pasado, el camión eléctrico maderero debe soportar capacidades de carga superiores a lo inicialmente pensado, alcanzado las 80 toneladas de capacidad de remolque en vías privadas. Con esas características se espera que el rango de autonomía difícilmente supere los 200 kilómetros. En un principio está establecida una ruta con seis viajes por día entre la terminal y la fábrica de papel. Un viaje de unos 30 kilómetros que tendrá una duración de 75 minutos, incluyendo la carga y la descarga.
Para la recarga se opta por un cargador ABB de 180 kW instalado en la fábrica de papel de Obbola que permitirá recuperar la vida de la batería en poco menos de tres horas. Por supuesto, todas las partes se han mostrado encantadas con el paso dado, indicando la importancia de que uno de los trabajos de logística más duros del mundo sea realizado por un camión eléctrico. Un paso más hacia la implantación definitiva del transporte de mercancías libre de emisiones.
