Del 0 al 100% en menos de 3 minutos: este fabricante inundará Europa con estaciones de intercambio de baterías para coches eléctricos

Nio, la marca de coches eléctricos creada en 2014, quiere implementar muchas de sus bases de intercambio de baterías para coches eléctricos a partir de 2025, cuando llegará a Europa el Firefly Firefly, su último modelo.

Nio es la principal marca de coches eléctricos chinos que apuesta por las estaciones de intercambio de baterías, en China y en Europa.
Nio es la principal marca de coches eléctricos chinos que apuesta por las estaciones de intercambio de baterías, en China y en Europa.
26/12/2024 15:45
Actualizado a 26/12/2024 15:45

Nio es uno de los fabricantes de coches eléctricos chinos más activos en los últimos meses. Hace unos días no sólo presentaron su buque insignia, el Nio ET9 -una berlina que ha maravillado al ex CEO de Volkswagen- sino también el primer modelo de su nueva marca: Firefly.

Lo que tienen en común estos dos modelos es que compatibles con el sistema de bases de intercambio de baterías para coches eléctricos que Nio lleva implementando en China desde hace años y que incluso ha traído a Europa. Unas bases cuya cuarta generación, alimentada por energía solar, presentó a finales del año pasado y que permiten cambiar automáticamente la batería de un coche eléctrico en apenas 2 minutos y 30 segundos, realizando hasta 480 de estas operaciones al día.

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En China, Nio ya opera más de 2.800 estaciones de intercambio de baterías.

Hasta 200 bases mensuales de intercambio de baterías para coches eléctricos en China

En China estas bases de intercambio de baterías ya son todo un éxito -Nio ha montado hasta diciembre de este año un total de 2.868 de estas estaciones- y su demanda, así como la agilidad de la compañía para darle respuesta, va en aumento.

De esta forma, en 2023 y en su país de origen Nio instaló 1.000 de estas bases y William Li, el CEO de la compañía, ha señalado que ahora pueden “construir hasta 200 estaciones en un mes”. Para 2025, “planemos construir otras 2.000 estaciones” en China, ha declarado el dirigente chino, que hace unos días señalaba que, para 2035, Nio sería uno de los 10 principales fabricantes de coches eléctricos del mundo.

Y muchas, y mucho más baratas de construir, en Europa

Pero Li tiene la firme idea de montar muchas más de estas bases de intercambio de baterías en Europa, donde comenzó a instalarlas en 2022 y ya cuenta con más de 30 en Alemania y otras decenas en Noruega, Suecia, Dinamarca o Países Bajos.

Y si tenemos en cuenta que Nio planea nada menos que duplicar su producción de coches eléctricos en 2025 -hasta llegar a superar los 400.000 construidos-, gracias en parte a la introducción de Firefly en 25 mercados globales, entre ellos muchos otros países en Europa; nos haremos una idea del incremento de estas bases de intercambio de baterías que podremos ver durante los próximos meses en el Viejo Continente.

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El primer modelo de la marca Firefly, que llegará a Europa a mitad de 2025, traerá consigo la expansión de la red de bases de intercambio de baterías de Nio en nuestro continente.

De hecho, Nio tiene tanta confianza en este sistema de intercambio de baterías para coches eléctricos que ya cuenta con una fábrica en Hungría, en las que fabrica estas bases exclusivamente para Europa.

Así las cosas, los planes de la empresa y, más concretamente, de su nueva marca Firefly, pasa por ir incrementando el número de estas bases de cambio de baterías “gradualmente y en base a la demanda”, ha declarado Daniel Jin, el presidente de Firefly.

Jin espera “un crecimiento más lento de la demanda de estas bases” de intercambio de baterías inicialmente en los mercados extranjeros inicialmente, pero también ve “un significativo potencial de expansión a largo plazo”.

Li, por su parte, ha señalado que, en Europa, la construcción de estas bases de intercambio de baterías será “más lenta que en China” pero también que las bases de intercambio de Firefly -“que hemos optimizado específicamente para Europa”- serán “más rápidas y baratas” de construir, insistiendo en que los costes de construcción se reducirán “hasta una tercera parte de los actuales para una estación de Nio”.