Tesla es reconocido como uno de los fabricantes más avanzados en cuanto a tecnología y conectividad. Sus coches eléctricos son sinónimo de innovación en un campo que hasta su llegada al mercado nadie tenía en cuenta. En 2012, el Model S sorprendía a todos no solo por ser una berlina familiar propulsada por electricidad con una gran autonomía, sino por los servicios conectados disponibles a bordo a través de su gran pantalla vertical de 17 pulgadas. Pero el software y la conectividad son tecnologías costosas que hay que mantener y actualizar constantemente. Por eso, muchos fabricantes la ofrecen como un servicio de suscripción anual. Hasta ahora, Tesla, en su modalidad básica, la ofrecía de forma gratuita para toda la vida, pero eso ya ha cambiado.
El 20 de julio de 2022 fue la fecha límite para la conectividad gratuita de por vida en los coches eléctricos de Tesla. A partir de esa fecha, los propietarios tienen ocho años de servicio gratuito a partir de la fecha de compra. Después deben pagar una tarifa de suscripción mensual o anual. Hasta el año 2014 todos los coches de Tesla disponían de forma gratuita y para siempre de todos los servicios de conectividad. Ese año, Tesla anunció que la conexión gratuita a Internet duraría cuatro años como máximo. Sin embargo, pasaron los plazos establecidos y el fabricante siguió ofreciendo conectividad total de forma gratuita. Fue en 2019 cuando comenzó a introducir diferentes niveles de conectividad: por un lado, la conectividad y en el nivel superior la conectividad Premium.
El servicio estándar es el más básico de los dos niveles de conectividad que ofrece Tesla. Incluye navegación, pero carece de tráfico en vivo, transmisión de video y otras características del nivel Premium, cuyo coste mensual o anual se indica en la aplicación.
Según un estudio de iSeeCars la media de la duración de la propiedad de un coche es de 8,4 años, lo que quiere decir que algunos propietarios de un Tesla se encontrarán con la necesidad de suscribirse a la conectividad básica dentro de un tiempo. Al mismo tiempo, la tecnología evoluciona rápidamente, por lo que será interesante ver si ese tiempo medio de propiedad se mantiene también con los coches eléctricos actuales.
Es precisamente la rápida evolución de la tecnología la que hace que los coches se queden obsoletos muy rápidamente. Este escenario hace que muchos propietarios busquen actualizarse cambiando de coche para acceder a las nuevas tecnologías y a las características innovadoras. Sin embargo, Tesla, y ahora ya muchos de los fabricantes de automóviles, trabajan para que esto no sea así y para que sus vehículos perduren en el tiempo actualizándose de manera inalámbrica mediante servicios OTA (over the air).
Estas OTA permiten agregar nuevas funciones, mejorar los sistemas existentes y extender la vida útil de un vehículo dotado de una tecnología avanzada. La electrificación de la propulsión ha elevado estas posibilidades más allá de cambiar el aspecto de la interfaz, permitiendo incluso actuar sobre las prestaciones y la autonomía. Esto quiere decir que pasado el tiempo, los coches eléctricos son mejores que cuando salieron de fábrica. Queda por saber si estas actualizaciones pueden mantener un vehículo a la última durante ocho años.
