El Estudio de Movilidad 2018, realizado por Continental, ha analizado la intención de cambio de tecnología de movilidad de los conductores alemanes, chinos, estadounidenses y japoneses. El resultado ha sido que más del 80% de los conductores alemanes y chinos y más del 90% de los estadounidenses no cambiarían de tecnología en su próximo automóvil. El único país abierto al cambio es Japón, donde al menos un cuarto de los encuestados consideraría la posibilidad de cambiar su preferencia.
Para la realización del estudio, Continental encargó a los institutos de investigación social y de mercado una encuesta representativa sobre el tipo de tecnología que preferirían los conductores en su próxima compra de un automóvil.
El informe muestra que el tipo de tren motriz utilizado es independiente de la voluntad o no por cambiar. Así, del grupo de conductores encuestados en China y Japón, el 10% conducían vehículos híbridos o eléctricos y, de ellos, más del 80% se mantendrían fieles a su tecnología actual.
Solo en Alemania, el 30% de los encuestados conducía un vehículo diésel. Alrededor de un tercio de estos conductores se plantearían cambiar a otro tipo de motor y un 17% ya estaba planeando hacerlo. Aparte de estos, en Alemania, solo los conductores jóvenes menores de 30 años mostraron cierta disposición al cambio: uno de cada cinco afirma que consideraría una tecnología diferente para su próximo vehículo.
Los resultados muestran claramente que hoy en día los conductores tienden a ser conservadores al elegir el tipo de motor y prefieren apegarse a lo que ya conocen. "Esta particularidad ha de tenerse en cuenta en el cambio hacia la electrificación, de la misma forma que la autonomía, los tiempos de carga o la infraestructura existente" ha dicho Andreas Wolf, presidente de la división de motores de Continental. Sin embargo, "prevemos una aceptación mucho mayor de las tecnologías de transmisión alternativas en los próximos años cuando la oferta de vehículos sea mayor y las condiciones para su uso más atractivas", ha añadido.
Entre los entrevistados alemanes, el estudio también abordó la crisis actual del diésel, revelando opiniones encontradas entre los encuestados sobre quiénes son los culpables. El 26% por ciento cree que los causantes son los políticos, el 11% cree que se trata de una combinación de responsabilidades y el 6% piensa que las asociaciones de protección ambiental son las culpables. Por el contrario, el 50% considera que a la industria automotriz es la responsable exclusiva de lo ocurrido.