La ciudad de Milán lo tiene claro: quiere acabar gradualmente con el diésel en el transporte público de su ciudad para reducir las emisiones contaminantes y se ha marcado el 2030 como el año en que desaparecerá definitivamente. Por eso, la Azienda Trasporti Milanesi -la empresa pública responsable del transporte público de Milán- ha firmado un contrato con Solaris por valor de 192 millones de euros para la adquisición de 250 autobuses eléctricos.
La ATM ha elegido el Solaris Urbino 12 eléctrico, un autobús de 12 metros de longitud con capacidad para acomodar hasta 82 personas, de las cuales 26 van sentadas, y preparado para responder a las necesidades de personas con discapacidad gracias a un sistema de acceso adaptado y 14 asientos accesibles en el piso inferior.
El Urbino 12 eléctrico está equipado con baterías Solaris High Energy con una capacidad total de más de 240 kWh gracias a las cuales tiene unos 200 km de autonomía. Las baterías se recargarán por medio de un pantógrafo invertido, un dispositivo que desciende desde el poste de carga hasta el techo del autobús donde se encuentra la toma de carga, o bien mediante un enchufe clásico situado donde iría el depósito de combustible. La unidad de propulsión constará de un eje eléctrico con dos motores eléctricos integrados de 110 kW cada uno (150 CV), resultando una potencia total de unos 300 CV.
ATM Milano ha seleccionado a Solaris como proveedor en un acuerdo que supone uno de los mayores contratos otorgados a Solaris hasta la fecha, y la mayor licitación de autobuses eléctricos en toda Europa. La entrega del primer lote de 40 autobuses comenzará en junio de 2020. Los Solaris no son desconocidos en Milán, cuya flota de transporte público ya cuenta con 150 autobuses de este fabricante, de los cuales 25 de ellos son eléctricos.
La elección de este modelo por la ATM milanesa tampoco ha sido fruto de la casualidad, y es que el Urbino 12 eléctrico no sólo ganó en 2017 el título "Bus of the Year 2017", sino que ha demostrado su valía en varias decenas de ciudades europeas de 17 países diferentes. Tras la compañía polaca Solaris está el grupo español CAF, con sede en Guipúzcua, que el año pasado compró por 300 millones el 100% del fabricante de autobuses.