En 2017, antes del boom comercial que vivimos ahora con los coches eléctricos, se fundó la marca Aiways. Sus progenitores, Fu Qiang y Gu Feng, quisieron hacerse un hueco en el incipiente mercado electrificado europeo con una propuesta muy particular. La compañía, con sede en Shanghái, contaba con el respaldo minoritario de marcas como Tencent, gigante tecnológico, DiDi, empresa de viajes compartidos y CATL, el mayor fabricante de baterías del mundo. Si bien sus primeros pasos fueron en la buena dirección, la situación actual de la compañía es mucho más delicada. Están al borde de la quiebra y necesitan financiación urgente.
Ya en el pasado verano se pudieron ver los primeros síntomas de debilidad. La planta de Shangrao, su única fábrica, detuvo toda actividad ante la falta de recursos y por el bajo volumen de matriculaciones. Hasta entonces, Aiways había hecho un buen trabajo de cara al público. Presentes en 16 países de la Unión Europea, la marca comercializaba sus coches mediante distribuidores, en el caso de España a través del Grupo Bergé, ahora convertido en Astara. Dos fueron sus únicos coches a la venta, el Aiways U5, un D-SUV muy interesante, y el Aiways U6, su correspondiente versión coupé.
Cambio de rumbo con la aportación de capital suficiente
A pesar de ofrecer buenas características, principalmente un comportamiento muy agradable y un interior muy bien fabricado, ninguno de los dos modelos consiguió hacerse un hueco en el mercado. Sin embargo, este no fue el principal causante de la delicada situación de la marca, la culpa es de Tesla. A principios del año pasado, nada más estrenar el 2023, los americanos quisieron sacudir el avispero eléctrico con una descarada guerra comercial. Una drástica reducción de precios que trataba de borrar del mapa a muchos de los potenciales rivales de la marca. Si bien la primera oleada de descuentos se produjo en China, pronto alcanzó un enfoque más global.
Sólo en China se estima que existen 82 fabricantes de vehículos eléctricos diferentes, una auténtica locura si tenemos en cuenta que hace apenas unos años se podían contar con los dedos de una mano. Muchas de esas compañías no han podido sobrevivir a la guerra comercial, entre ellas Aiways. También podemos sumar otras como Human Horizons o WM Motors. Sin embargo, Aiways tiene la esperanza de revertir la situación. Sus máximos responsables han asegurado que necesitan una fuerte inyección de capital para salir adelante. Bernd Abel, director de comunicaciones en el extranjero, ha comentado: "Necesitamos una gran inversión". "Estamos seguros de que podemos conseguirlo".
La empresa necesita capital para cubrir sus gastos operativos así como para destinarlo a los costosos procesos de desarrollo de nuevos vehículos. Con el fin de captar la atención de posibles inversores, Aiways propone un cambio de rumbo radical. Si el fabricante de vehículos eléctricos obtiene la financiación requerida, principalmente de inversores chinos y de algún colaborador europeo, se olvidará del mercado chino y se centrará exclusivamente en exportar a Europa, en torno a 15.000 o 25.000 unidades para este mismo año, mientras que alcanzarán “cifras de seis dígitos” en unos años tal y como ha asegurado el propio Abel. Por el momento no hay ningún acuerdo firmado, ni tampoco se ha dado pistas del estado de las negociaciones, si es que las hay.