El alcalde de Londres, Sadiq Khan, y otros líderes políticos de ciudades y municipios de todo el Reino Unido están solicitando al gobierno de las Islas Británicas que adelante diez años los planes de prohibir la venta de coches con motores a gasolina y diésel. De esta forma, si la iniciativa para mejorar la calidad del aire prospera, los vehículos propulsados por combustibles fósiles quedarían prohibidos a partir de 2030 en lugar de 2040, como está previsto en primer término.
El gobierno conservador de la Primera Ministra Theresa May anunció el año pasado que prohibiría la venta de nuevos vehículos con motor térmico, ya sea de gasolina o diésel, a partir del año 2040. La medida ha sido recibida con relativa incertidumbre, pues no está claro si incluirá los vehículos híbridos, que además de contar con un motor térmico (que puede ser gasolina o diésel) también cuentan con una parte eléctrica en su sistema propulsor. En este sentido, los últimos informes indican que los vehículos híbridos con más de 80 kilómetros de autonomía eléctrica quedarían exentos de la norma.
El gabinete de May deberá detallar la propuesta del plan "Road to Zero" (carretera hacia cero) en breve, con lo que se aclararían las dudas generadas al respecto. De forma paralela, desde el pasado lunes Khan se unió a los alcaldes de Manchester, Liverpool, Oxford, Sheffield y Bristol para pedir que las medidas se implementen más rápido, a lo que el gobierno de May también deberá dar respuesta.
"Prohibir la venta de nuevos vehículos de gasolina y diésel para 2030, proporcionar apoyo para brindar a los ciudadanos zonas de aire limpio en las ciudades e introducir un esquema nacional de renovación del parque motor mejorará drásticamente nuestra calidad del aire y nuestra salud", dijo Sadiq Khan, del Partido Laborista de la oposición, en declaraciones a Autonews.
Ciudades y naciones de todo el mundo están introduciendo restricciones o prohibiciones sobre el uso de vehículos propulsados por motores de combustión en los próximos años para reducir los altos niveles de contaminación. Por su parte, los fabricantes de automóviles han argumentado que los modelos diésel más limpios tendrán un papel importante en la reducción de las emisiones totales de dióxido de carbono, pero la realidad dice que la demanda de motores diésel se ha reducido en gran parte de Europa desde hace más de un año como resultado de los planes de prohibición y de alza de impuestos que las autoridades plantean.