La semana pasada, la Comisión Europea votó a favor de la propuesta de prohibir la venta de coches nuevos con motor de combustión interna, sean o no híbridos en cualquier forma, en los países miembros de la Unión Europea a partir de 2035.
Se trata de una noticia de profundo calado que ya ha provocado reacciones tanto en los países miembros de la Unión Europa como entre los propios fabricantes de automóviles, dejando un reseñable hecho tras de sí.
Alemania y Francia están entre los países que no acaban de ver del todo la medida, o al menos la cuestionan en su forma actual. En base a varios comentarios procedentes de sus máximos responsables, ambos países coinciden en que la meta es demasiado ambiciosa y costosa, y aseguran que tendrá un impacto negativo de gran medida en la industria del automóvil.
Sin embargo, dos de los mayores fabricantes de automóviles del país teutón, Mercedes-Benz y el Grupo Volkswagen, han declarado que aunque el plan es ambicioso, pero que se puede alcanzar. Además de Volkswagen y Mercedes, también otros fabricantes como Ford, Stellantis y Jaguar están entre las empresas que apoyan en general el fin del motor de combustión interna en Europa a partir de 2035.
Volkswagen ha sido el primero en reaccionar expresando su apoyo a la prohibición de la venta de los motores de combustión interna a partir de mediados de la próxima década. Una medida, no obstante, que aún tiene que aprobar cada miembro de la Unión Europea de manera particular antes de finales de este año, aunque se antoja un mero trámite de cara a la formalización total de la medida.
El fabricante de Wolfsburgo ha catalogado la estrategia de descarbonización de la Unión Europea como una meta "ambiciosa pero alcanzable", añadiendo el cambio que está sufriendo la industria hacia la movilidad eléctrica como "irreversible". También comentó que "es la única forma ecológica, tecnológica y económicamente sensata de sustituir los motores de combustión lo antes posible", según Automotive News Europe.
En Mercedes-Benz van un paso más allá que en Volkswagen, mostrándose más seguros con sus declaraciones. Y es que, como han declarado en múltiples ocasiones, para 2030 la marca estará lista para ser totalmente eléctrica "allí donde las condiciones del mercado lo permitan". Es algo que ha vuelto a reiterar Eckart von Klaeden, jefe de relaciones externas de Mercedes. "La decisión hace recaer en los responsables políticos la responsabilidad de garantizar la infraestructura necesaria".