Desde hace años, los Tesla europeos disfrutan del sistema de cambio de carril automático cuando la función de conducción autónoma va conectada. No es nada nuevo ni extraño, sin embargo, el sistema europeo no es tan avanzado como el americano porque en el viejo continente se aplican medidas regulatorias más estrictas. A pesar de esto, Alemania tiene atravesada dicha función y está estudiando la posibilidad de anularlo por completo ya que, según ellos, «podría no ser legal».
La función de cambio de carril está muy extendida entre los modelos comercializados con un alto grado de autonomía. La ofrecen marcas como Mercedes o BMW. Con el control de crucero adaptativo y la función de guiado asistido conectados, basta con mover la palanca del intermitente para que el coche determine tus ganas de adelantar. Un sistema que también utiliza Tesla.
Por lo que parece, y tal y como publica el diario Stern, la Autoridad Federal del Transporte Motorizado, conocida por sus siglas KBA, está investigando la posibilidad de declarar ilegal el asistente de cambio de carril de Tesla. Aparentemente, las explicaciones que dan son, cuando menos, poco concretas: «Esta función, que el fabricante de automóviles estadounidense ofrece como equipamiento en algunos de sus modelos, podría no estar permitida en Europa».
La vaguedad en las explicaciones se acompaña de un efecto más peligroso si cabe para Tesla. Según parece, la KBA está intentando implicar a la RDW, autoridad holandesa del registro de vehículos y principal responsable de la homologación de vehículos Tesla en Europa. Este es un paso que no se había dado en casos precedentes, y algo que, de llegar a buen puerto, podría afectar a todos los usuarios de la compañía en Europa.
No es la primera vez que desde Alemania se ataca duramente a la empresa americana. En 2020 un tribunal alemán declaró que las afirmaciones de conducción autónoma total del programa Autopilot eran, cuando menos, engañosas. Ahora parece que vuelven al ataque en una maniobra que parece orquestada por los fabricantes alemanes con la intención de desbancar a Tesla y a sus elevadas cifras de venta.
Que conste que estas maniobras, a pesar de lo desagradables que resultan, son habituales en la industria. Estados Unidos también ha establecido guerras comerciales contra fabricantes europeos para ralentizar la implantación de sus modelos en territorio yanqui. A lo largo de los próximos meses veremos en qué acaba todo, pero de implicarse la RDW, las consecuencias podrían ser mayores que en situaciones similares anteriores. Esperemos que, al menos, los alemanes aporten pruebas que supongan un alegato razonable para la ilegalización del cambio de carril.