El proyecto alemán DeMoBat está desarrollando una instalación de desmantelamiento de motores y baterías de coches eléctricos totalmente automatizada para su posterior reutilización y reciclaje. Estos procesos forman parte de una parte fundamental de la economía circular, sostenible y eficiente que promueve este proyecto. El uso de maquinaria robotizada permitiría reutilizar las celdas de baterías para su uso en sistemas de almacenamiento estacionario de energía y reciclar los materiales procedentes de las celdas ya desechadas y los imanes permanentes y las bobinas de cobre de los motores eléctricos.
En particular, la batería de tracción de un vehículo eléctrico representa la parte más importante de su coste de producción, que posteriormente repercute en el precio final de venta. Además es el componente con mayor impacto ambiental durante su producción y, en la parte final de su vida, cuando ya no es viable su uso en el vehículo ni en ninguna otra aplicación de almacenamiento energético.
Los paquetes de baterías empaquetados en su carcasa definitiva se desmontan hasta el nivel de sus módulos individuales. Posteriormente se extraen cada una de las celdas individuales y se analizan para que, en función de su estado y de la vida útil restante, puedan ser reutilizadas en aplicaciones de segunda vida, generalmente formando parte de sistemas de almacenamiento de energía estacionaria. Si la celda no es viable, se reciclan los materiales químicos que la forman para que puedan volver a integrarse en la cadena de producción de baterías. Permite recuperar a nivel industrial, y de forma automática, materiales como el cobalto, el níquel o el grafito a través de diferentes procesos respetuosos con el medio ambiente.
Desmontar y reutilizar las baterías de tracción ayuda a equilibrar el impacto ambiental de los coches eléctricos. Foto: Irina Westermann, KIT.
En el caso de los motores eléctricos el procedimiento es similar, a excepción de la etapa de reutilización. Su desmontaje permite la extracción de los imanes permanentes de tierras raras y de las bobinas de cobre, sus dos componentes más valiosos y que pueden volver a la cadena de producción.
El proyecto DeMoBat
Para su puesta en marcha, el proyecto de investigación DeMoBat cuenta con la financiación del Ministerio de Medio Ambiente alemán que aporta 13 millones de euros durante cuatro años, además de la participación de numerosos socios de la industria del automóvil y del sector del reciclaje. El desarrollo técnico corre de la mano del Instituto Fraunhofer de Ingeniería y Automatización de Manufactura (IPA), el Centro de Investigación de Tecnología Ambiental Clausthal (CUTEC), el KIT (IIP & WBK), la Universidad de Ciencias Aplicadas de Esslingen y la Universidad Tecnológica de Brandenburgo Cottbus-Senftenberg (BTU).
La ubicación de la fábrica robotizada estará próxima a las instalaciones de los fabricantes participantes en el proyecto. Además, se establecerá un centro de excelencia para apoyar el desarrollo tecnológico y económico posterior con tres subproyectos fundamentales. El Ministro de Medio Ambiente alemán, Franz Untersteller, asegura que la instalación supone un hito para la implementación generalizada de esta tecnología, "nos hace menos dependiente de las importaciones de materias primas, y mejora significativamente el equilibrio ambiental de los vehículos eléctricos".