Los eurodiputados reunidos en Estrasburgo en sesión plenaria el 8 de junio de 2022 votaron a favor de la reducción del 100% de las emisiones de CO2 para los vehículos nuevos vendidos en la Unión Europea a partir de 2035. Sin embargo, esta medida todavía debe ser aprobada por los gobiernos de cada uno de los estados miembros para que pueda entrar en vigor. Este paso, que debería significar la sentencia final para los motores de combustión, puede ser frenada en los 27 parlamentos de los países miembros y el alemán parece que será el primero que no aceptará esta medida.
Con la aprobación de esta ley, Europa trata de desterrar del mercado las tecnologías térmicas, incluidas las híbridas, y favorecer las 100% eléctricas, que actualmente son las únicas suficientemente desarrolladas para cumplir con los criterios y plazos marcados por esta ley. La lucha contra las emisiones en el transporte se materializa así propuesta impulsada de forma previa por la Comisión de Medio Ambiente de la Unión Europea. Esta votación lo que hace es corroborar un realidad que la mayoría de los fabricantes ya habían interiorizado e implementar de forma definitiva una normativa que ya tenían interiorizada.
A pesar de que la sensación es que existe un acuerdo total para materializar esta medida, el obstáculo puede estar en los Parlamentos de cada país, que deben materializar la medida. El primero que podría discrepar es el alemán, ya que su gobierno no parece estar muy conforme con la medida. Al menos así lo ha advertido el ministro de Finanzas Christian Lindner en un evento organizado por la asociación de la industria BDI el pasado martes.
Lindner dijo que seguiría habiendo nichos para los motores de combustión, y que el gobierno al que pertenece no estaría de acuerdo con esta legislación europea. Este ministro forma parte del gobierno alemán como representante del partido Liberal que comparte el poder con los Socialdemócratas y los Verdes. A pesar de estas declaraciones dijo que Alemania seguiría siendo un mercado líder para los vehículos eléctricos.
Con anterioridad, Alemania y Francia han sido los dos países que más han cuestionado esta medida. Los máximos responsables de sus gobiernos han reiterado con sus declaraciones que la meta tendrá un impacto negativo en la industria del automóvil ya que es demasiado ambiciosa y costosa.
Por el contrario, en el caso de Alemania, Mercedes-Benz y el Grupo Volkswagen, dos de sus fabricantes más importantes, vienen manteniendo que el plan es alcanzable en el tiempo planteado. Volkswagen ha sido el primero en reaccionar expresando su apoyo a la nueva legislación añadiendo que es ambicioso, y que el cambio que está sufriendo la industria hacia la movilidad eléctrica es "irreversible" y que "es la única forma ecológica, tecnológica y económicamente sensata de sustituir los motores de combustión lo antes posible", según Automotive News Europe.
Mercedes-Benz ha declarado en múltiples ocasiones que para 2030 la marca estará lista para ser totalmente eléctrica "allí donde las condiciones del mercado lo permitan". Según Eckart von Klaeden, jefe de relaciones externas de Mercedes, "la decisión hace recaer en los responsables políticos la responsabilidad de garantizar la infraestructura necesaria".