Reza el dicho que si no puedes con tu enemigo, únete a él. Este proverbio puede aplicarse en un amplio espectro de situaciones y circunstancias, desde el entorno familiar al sector más competitivo del mercado automovilístico mundial. El Grupo Stellantis lleva año tomando decisiones vitales que le permitirán ser, así se espera, uno de los grandes actores en la industria eléctrica mundial. Una de los últimas ha sido firmar una joint-venture con una de las grandes marcas asiáticas. Un acuerdo que ahora ha quedado ratificado tras pasar por la exigente lupa del Gobierno chino.
La compañía dirigida por Carlos Tavares tiene muy claro que China es y seguirá siendo el principal protagonista de la industria eléctrica. Sus marcas y su tecnología están uno o dos pasos por delante del resto de la industria, pero los chinos tienen ciertas dificultades para expandirse al extranjero. Europa es un vasto territorio que colonizar, aunque las cifras cuentan una historia bien diferente. Cada vez más marcas chinas llegan al Viejo Continente, sin embargo la penetración es, por ahora, demasiado débil. El acuerdo entre Stellantis y Leapmotor podría acelerar el proceso. Una jugada que beneficia a ambas partes.
Nuevos modelos a la venta y derechos exclusivos de venta y producción
El primer preacuerdo de esta joint-venture se firmó el pasado mes de octubre. En dicho contrato se especificaba un pago de 1.500 millones de euros por parte de Stellantis para garantizarse los derechos de venta, producción y exportación de vehículos de Leapmotor en Europa.
Una decisión que ha resultado ser adecuada si tenemos en cuenta los últimos pasos del Parlamento Europeo. Esta misma semana hemos podido saber que la investigación abierta contra la industria china tiene claras evidencias de un mercado financiado por el Estado, algo que atenta contra las reglas del libre mercado. Europa quiere interponer sanciones a los fabricantes chinos y los aranceles especiales podrían introducirse mucho antes de lo imaginado.
Con el acuerdo ya confirmado y con el visto bueno de las autoridades chinas, Stellantis podrá fabricar los coches de Leapmotor en cualquiera de sus fábricas europeas y venderlos en cualquiera de los puntos de su vasta red de concesionarios repartidos por todo el continente.
Gracias a ello, Leapmotor podría librarse de las posibles sanciones arancelarias que sí tendrían que pagar otras compañías rivales como BYD, NIO, XPeng o MG. Muchas de ellas ya han tomado medidas para solventar el problema, como BYD, que levantará una fábrica en Europa, en Hungría, para así acercar la producción y, de paso, eludir cualquier tipo de sanción económica.
Stellantis no sólo podrá fabricar vehículos de Leapmotor, sino también beneficiarse de la tecnología china. Se espera que las 14 marcas del conglomerado reciban un gran paquete de novedades gracias a la joint-venture. Tavares tiene planes incluso más ambiciosos. Con el fin de pelear en el cada vez más necesario segmento de los coches eléctricos baratos, Stellantis podría plantear la venta de un coche muy barato importado desde China.
Un vehículo más barato que cualquier otra unidad de Citroën o FIAT. El Leapmotor T03 podría ser esa unidad de apenas 3,62 metros de largo y 280 kilómetros de autonomía homologada. En China se vende por poco más de 11.000 euros, cambio de divisa aplicado.