La tendencia creciente en la oferta y demanda de vehículos eléctricos está activando la guerra de las materias primas necesarias para fabricarlos. Tres son los metales que causarán una lucha comercial de la que ya se ven los primeros brotes. El litio, el níquel y el cobalto serán el nuevo "oro negro" de la industria lo que ya ha provocado que sus precios se hayan disparado hacia sus máximos históricos con la vista puesta en los próximos años y en una previsible escasez de la oferta.
Las normativas dirigidas a eliminar progresivamente los motores de combustión interna en favor de los vehículos eléctricos forman parte de una estrategia hacia la transición energética y hacia el esfuerzo por reducir las emisiones de carbono. En 2021 se vendieron más de 6,36 millones de vehículos eléctricos, lo que supone un incremento de más del 50 % respecto a los 3,10 millones de 2020. Así lo muestran los datos reflejados por la consultora Rho Motion, que realiza pronósticos y análisis sobre el mercado de los vehículos eléctricos y las baterías. De ellos, las ventas en China representaron la mitad en 2021 y el 40 % en 2020.
Litio
Las baterías de los vehículos eléctricos pueden utilizar carbonato de litio o hidróxido de litio. Sus cantidades se expresan en carbonato de litio equivalente (LCE) que contiene ambos. El carbonato de litio se utiliza para las baterías de litio ferrofosfato (LFP). Las ventas de vehículos eléctricos que utilizan estas baterías se han acelerado en China por lo que la falta de inversión en capacidad de producción debido a la caída de los precios sufrida por este material hasta 2021 significa que es probable que haya déficit de él durante algunos años. "La oferta está luchando para mantenerse al día con la demanda, dados los largos plazos para llevar la primera producción de los recursos de litio al mercado", asegura el analista de BMI George Miller.
El déficit en la oferta ha llevado los precios del carbonato de litio a niveles récord, que se sitúan por encima de los 50.000 dólares la tonelada en China, según BMI, que estima la demanda de carbonato de litio equivalente en 610.000 toneladas este año, frente a las 490.000 toneladas del año pasado. Esto supondrá un déficit de 26.000 toneladas frente al del año pasado de 12.000 toneladas.
Níquel
La escasez de níquel a nivel mundial ha llevado a la reducción de las existencias en los almacenes aprobados por la Bolsa de Metales de Londres. Con 88.812 toneladas, han caído en un 65 % desde el mes de abril de año pasado. Igualmente se han reducido las existencias de níquel en forma de briquetas, que pueden ser trituradas fácilmente en partículas más pequeñas y disueltas en ácido sulfúrico para producir sulfato de níquel, que puede ser empleados en baterías. Las existencia actuales son de 65.676 toneladas, un 67 % menos que en abril del año pasado.
Según los analistas, la mayor parte de estas briquetas fueron enviadas a China, que controla la cadena de suministro de los materiales principales que componen las baterías de los vehículos eléctricos. Andrew Mitchell, analista de Wood Mackenzie, estima que la demanda total de níquel el año pasado fue de 2,8 millones de toneladas, de las que el 69 % se utilizó para fabricar acero inoxidable y el 11 % para fabricar baterías, mientras que el año anterior (2020) las cantidades eras el 71 % y el 7 % respectivamente. Mitchell espera que la cuota de las baterías en la demanda de níquel aumente al 13% este año.
El precio del níquel alcanzó los 24.435 dólares por tonelada la semana pasada, lo que supone el más alto desde agosto de 2011, aunque se espera que retroceda a finales de este año a medida que aumente la oferta. En este sentido, el analista Jim Lennon de Macquarie, espera que estos aumenten un 14,5 % este año, pasando a tres millones de toneladas lo que supondría un superávit sobre la demanda de 43.000 toneladas frente a las 159.000 toneladas de déficit de 2021.
Cobalto
Los bloqueos provocados por la pandemia del coronavirus en África han creado cuellos de botella que se han convertido en retrasos de los envíos a China desde la república Democrática del Congo, que extrae más del 70 % del suministro mundial de este material. Según Caspar Rawles, analista de Benchmark Mineral Intelligence (BMI), las importaciones chinas de hidróxido de cobalto pasaron a 82.100 toneladas el año pasado, que supone un incremento de un 2,5 % sobre el año anterior. "lo que significa que las existencias nacionales se redujeron considerablemente".
BMI espera una demanda total de cobalto de 177.500 toneladas este año, de las que 104.000 toneladas serán consumidas por el sector de las baterías. Los precios del cobalto que se sitúan hoy en día en alrededor 70.000 dólares por tonelada están en su nivel más alto desde julio de 2018 y la previsión es que siga creciendo ante la continuidad de falta de suministro de este material.