Competiciones automovilísticas como la Fórmula 1 parece que se sitúan al margen de la realidad de los vehículos de serie que circulan por las carreteras. Nada más lejos de la realidad. Ejemplos como el traslado que hace Mercedes-Benz de las tecnologías híbridas que emplea en la máxima competición automovilística son una muestra de ello. Desde el Mercedes-AMG Project One, el hipercoche híbrido que pronto verá la luz (probablemente en el IAA Mobility de Múnich), hasta los autobuses híbridos que recorren las ciudades, la competición es base para los vehículos de producción.
Según la información de Autosport, el grupo matriz de Mercedes-Benz, Daimler, invirtió 375 millones de euros en el campeonato de la Fórmula 1 de 2020. Un esfuerzo que le sirvió no solo para ganarlo, sino para hacer evolucionar la tecnología híbrida del Mercedes AMG F1 W12 para que pueda ser trasladada desde la competición hasta los coches de calle que pueden disfrutar los conductores.
Actualmente, el modelo que más se está beneficiando de esta transferencia tecnológica no es precisamente un coche para todos los públicos ni que se vaya a fabricar en gran volumen. Pero todo llegará. El Mercedes-AMG Project One es un auténtico misil que guarda bajo su carrocería 1.000 CV de potencia empleando una versión modificada del mismo motor de combustión V6 turboalimentadp del monoplaza de la F1.
Se trata de un motor de 1,6 litros equipado con una versión modificada del sistema de frenado regenerativo Motor Generator Unit-Kinetic y el generador Motor-Generator Unit-Heat conectado al turbocompresor que produce energía a partir de los gases de escape.
El Project One ya está disponible para subirse a él de manera virtual con su llegada al videojuego Forza Horizon.
El sistema resultante, bautizado como Unidad de Potencia ('Power Unit' en inglés) en la F1es capaz de alcanzar una eficiencia térmica del 50 %. Una cifra espectacular cuando se trata de motores de combustión. Para ponerla en contexto, anteriormente, el último V8 atmosférico empleado en la F1, tenía una eficiencia del 30 %, similar a la que ofrecen los motores que se empelan en los modelos de serie convencionales.
Las baterías utilizadas en los primeros monoplazas híbridos de la F1, allá por 2007, pesaban 106 kilogramos. En el W12 actual de Mercedes-Benz el peso de las baterías es de tan solo 20 kilogramos. Esto es posible gracias a que mientras que en 2007 las baterías tan solo tenían una eficiencia energética del 39 %, hoy se ha logrado que con la tecnología actual se eleve hasta el 96 %, según asegura Mercedes-AMG.
A diferencia del W12, el Proyect One debe ser capaz de moverse únicamente con energía eléctrica. Las restricciones a los motores de combustión en los centros urbanos de las ciudades europeas exigen una mayor electrificación. Según la compañía, este modo de funcionamiento representó "un desafío tremendo".
El equipo de producción de Mercedes-AMG se ha esforzado por adaptar la unidad de potencia de F1 a los modelos de calle. El Project One ha llegado a una etapa de desarrollo en la que puede ser sometido a pruebas en manos de los pilotos de pruebas en el centro tecnológico de la empresa en Immendingen.
Más allá del espectacular Project One, Mercedes está aterrizando también esta tecnología en vehículos más mundanos. Como fabricante de muchos de los autobuses que circulan por las ciudades del mundo, Mercedes sabe que recuperar la energía de las frenadas y las desaceleraciones es clave para la electrificación de estos vehículos y por lo tanto también heredan los avances que ofrece la Fórmula 1.
El motor del W12 para la temporada 2021 es una evolución de la unidad de potencia utilizada en la temporada anterior, incluyendo algunas mejoras. "Estamos entrando en la octava temporada con regulaciones bastante estables, por lo que tenemos un buen conocimiento de los motores híbridos actuales", asegura Hywel Thomas, director gerente de Mercedes High-Performance Powertrains.