Porsche está ultimando los preparativos para arrancar la producción de su primer coche eléctrico, primero presentado en forma de concepto con el nombre de Mission E y todavía por revelarse en su forma de producción. El objetivo de la marca alemana es entregar las primeras unidades del Porsche Taycan a sus clientes hacia finales de 2019. Para ello, según revela Albrecht Reimold en una entrevista a Automotive News Europe, la marca de Stuttgart ya ha finalizado la construcción de los edificios correspondientes en la planta de Zuffenhausen y se dispone a lanzar las "series cero" de preproducción.
"Estamos en la etapa final antes de que el ensamblaje (del Taycan) empiece de verdad", dijo Reimold. "El equipamiento de fabricación está en su sitio", sigue, "y estamos trabajando duro para llegar a nuestra fecha de lanzamiento de la producción". "Todo está sobre lo previsto", asegura el máximo responsable de logística y producción en Porsche. "Esperamos que para finales de 2020 la planta de Zuffenhausen esté funcionando a pleno rendimiento para satisfacer la creciente demanda", dijo en referencia al inesperado incremento en las reservas del Taycan.
Cuando se le preguntó acerca de qué queda por hacer en Zuffenhausen, la fábrica situada cerca de Stuttgart, Reimold aseguró que "solamente se trata de hacer algunas correcciones y ajustes para optimizar el proceso y reducir las horas por vehículo; aspectos como en qué orden se aprietan una serie de tornillos o como sacamos los elementos del coche de sus embalajes para ser instalados". "Ese es nuestro trabajo diario, buscar nuevas formas de mejorar las flujos de trabajos en la línea de ensamblaje", aseguró.
La producción en serie del Porsche Taycan arrancará en septiembre.
Acerca de las diferencias entre construir un coche eléctrico y cualquier otro modelo, Reimold reconoce que gran parte de los procesos, como el montaje del chasis y las partes, así como los acabados de la carrocería en los talleres de pintura, "son los mismos". La mayor diferencia se encuentra en los elementos de alto voltaje del sistema eléctrico, pues requieren personal especialmente entrenado durante semanas para su manipulación. "Una batería no es como un depósito de combustible, que se puede manipular fácilmente, sino que se deben seguir ciertos protocolos de seguridad", aclaró.
Porsche ha invertido 700 millones en Zuffenhausen solamente para la producción del Taycan. Además, el fabricante alemán se ha gastado otros 300 millones para adaptar las líneas a la octava generación del 911. En cuanto a las sinergias entre estos dos modelos, el responsable de producción admite que "tenemos un taller de carrocerías combinado con etapas específicas para cada modelo". En cambio, "el Taycan tiene un taller de pintura propio, aunque hemos previsto que nuestros otros dos coches deportivos se puedan pintar en el mismo", afirmó. La línea de producción del Taycan es tan flexible que "en teoría podríamos fabricar el 911 en ella", reconoció.
En cuanto a la posibilidad de fabricar los coches de Porsche en China, ahora que ya no se requiere una alianza con un fabricante local, Reimold descartó la idea: "Prestamos mucha atención las preferencias de nuestros clientes chinos, y ellos siguen queriendo que sus Porsches se fabriquen en Europa, específicamente en Zuffenhausen". Por último, acerca de la huella de carbono de la factoría europea, Porsche quiere hacer de Zuffenhausen un centro productivo "de cero impacto medioambiental" para el año 2025.