Hace unos días, la Comisión Europea anunció un aumento de los aranceles para los coches eléctricos fabricados en China, una medida que entrará en vigor el próximo 4 de julio. En respuesta, el gobierno chino calificó esta acción como un "caso típico de proteccionismo" y declaró que tomaría las medidas necesarias para defender firmemente los derechos e intereses legítimos de China.
Sin embargo, unos días después, China parecía contenerse sin anunciar medidas de represalia. A través de un comunicado, el Ministerio de Comercio declaraba que defendería "las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y los principios del mercado". Pero los fabricantes chinos no parecen están conformes con esta inacción y piden a su Gobierno que responda de manera rotunda.
China entra en la guerra y va más lejos en su respuesta
Las empresas chinas instan al Gobierno de Xi Jinping a que responda de manera enérgica a la propuesta de la Comisión Europea de imponer aranceles a las importaciones de vehículos eléctricos desde China. Según medios estatales chinos, la propuesta de aplicar barreras comerciales de hasta el 48% a las exportaciones de coches fabricados por BYD, SAIC, Geely y otras empresas a partir del 4 de julio próximo podría aumentar las tensiones políticas entre Bruselas y Pekín.
En respuesta, China está considerando imponer aranceles del 25% a las grandes empresas del sector automotriz, lo que podría afectar hasta 4.000 millones de euros en intercambios comerciales, según el Instituto Económico Kiel.
La medida tomada por Bruselas fue especialmente apoyada por España y Francia. En consecuencia, la respuesta del Gobierno chino puede ir más allá del sector del automóvil. Las empresas chinas han solicitado formalmente una investigación antidumping sobre las importaciones de carne de cerdo de la Unión Europea, valoradas en más de 2.808 millones de euros, que perjudica especialmente a España.
Además, desde enero, China ha iniciado investigaciones sobre varios productos europeos, incluyendo el brandy, particularmente dirigido contra Francia, principal exportador de brandy a China. Además, en mayo el gobierno chino abrió una investigación antidumping sobre los copolímeros POM, un tipo de plástico de ingeniería, importados desde la UE, Estados Unidos, Japón y Taiwán.
Por otro lado, a pesar de que la medida ha sido muy criticada por Alemania, elevar los aranceles hasta el 25% a los automóviles importados con motores de gran cilindrada (un 10% adicional al 15% que ya tienen) afectaría sobre todo, a Mercedes-Benz y BMW. El Gobierno alemán está haciendo esfuerzos para evitar que los nuevos aranceles propuestos por la Comisión Europea a la importación de vehículos eléctricos desde China entren en vigor, o al menos, para suavizarlos si el resto de los Estados miembros apoyan su implementación. Según informa Bloomberg, varios funcionarios alemanes en Bruselas, confían que la Comisión Europea finalmente revierta su decisión y encuentre una solución a través de negociaciones directas planificadas entre las autoridades europeas y chinas, que se llevarán a cabo a puerta cerrada.
También se está considerando abrir una investigación antisubsidios sobre las importaciones de ciertos productos lácteos comunitarios, como el suero en polvo, la nata y la leche fresca, valuadas en 1.700 millones de euros según datos de la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea para el cierre de 2022.