En estos primeros compases en los que los fabricantes van asentando sus bases de lo que será el futuro de la industria en torno a los coches eléctricos, las alianzas se postulan como una manera clave de afianzar una posición para muchos fabricantes que aún no poseen todas las tecnologías o recursos necesarios para irrumpir con fuerza en el mercado ofertando productos. Aston Martin se encuentra en esta tesitura, y es por ello que tras anunciar los resultados del tercer trimestre han dado a conocer que la colaboración con la casa alemana irá más allá.
Lo hacen en un contexto de celebración, y no es para menos, ya que anuncian estar 1.400 coches por delante de sus objetivos de ventas a estas alturas de año, además de haber dado comienzo las entregas de su SUV, el Aston Martin DBX.
Centrándonos en el futuro de la empresa, Aston Martin anuncia que pretende vender para el año 2025 un total de 10.000 coches, que equivaldrían a un total de dos mil millones de libras de ingresos. Y un hecho clave en el futuro de la firma británica es que necesitan de la tecnología de Mercedes-Benz para poder seguir avanzando.
Así habrían anunciado una extensión de su colaboración más allá del uso de sus motores térmicos y tecnología a bordo, para que todos los productos que lance la firma británica de aquí hasta 2027 cuente con tecnología de la firma de Daimler. Dan así continuidad al acuerdo que firmaron hace justo siete años, en 2013, tras haber resultado este acuerdo fructuoso para ambas partes.
Esto significa que Aston Martin tendría acceso a la arquitectura del tren de potencia tanto para vehículos convencionales, como híbridos y eléctricos, así como a su arquitectura eléctrica y electrónica. A cambio de ello, y como suele ser habitual cuando la empresa que requiere de esta tecnología no goza de un capital especialmente grueso, Mercedes-Benz irá gradualmente ganando participación dentro de la firma británica hasta hacerse con un porcentaje no superior al 20% de la compañía.
Se asegura así Aston Martin su futuro en dos frentes clave, ya que que Mercedes-Benz se convierta en uno de sus mayores accionistas da un respiro a la firma británica, que ha coqueteado varias veces con la bancarrota y se aleja así de estas situaciones, además de asegurarse estar en la brecha tecnológica gracias a la tecnología de la casa de Stuttgart.
Así lo confirmaba el presidente ejecutivo de la compañía británica, Lawrence Stroll, en el comunicado a los medios: "A través de este nuevo acuerdo ampliado, aseguramos el acceso a tecnologías de clase mundial para respaldar nuestros planes de expansión de productos a largo plazo, incluidos los sistemas de propulsión eléctricos e híbridos, y esta asociación sustenta nuestra confianza en el futuro "
No es la primera vez que Aston Martin, pues, estaría tras el desarrollo de una arquitectura eléctrica basada en un esquema de baterías, ya que recordemos, el Aston Martin RapidE estuvo entre los planes de la firma hasta el año pasado, cuando decidieron descartar la producción de las 155 unidades que tenían previstas, dejándolo así como un conejillo de indias con el que pudieron experimentar.