De la misma manera que nuestro sistema nervioso utiliza las sinapsis entre neuronas para comunicarse, el sistema de potencia del Audi e-tron S, se encarga de generar potencia y trasmitirla, actuando de manera rápida, segura y equilibrada en todas sus posibilidades para sacar todo “el nervio” que lleva dentro.
Tanto el modelo el Audi e-tron como el Audi e-tron Sportback avanzan y mejoran con las nuevas versiones S. Con sus tres motores eléctricos, dos de ellos situados en el eje trasero, ofrecen importantes resultados: 370 kW (503 CV) de potencia máxima y un par de 973 Nm. Además, alcanza de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y llega hasta los 210 km/h (limitado electrónicamente).
El control inteligente del sistema de propulsión eleva la seguridad y la dinámica del vehículo: además de la tracción eléctrica a las cuatro ruedas, cuenta con vectorización eléctrica del par, que distribuye el par entre las ruedas del eje trasero de forma activa y totalmente variable.
En el terreno de la estabilidad, la posibilidad de ajustar la programación, utilizando por ejemplo el modo Sport seleccionado previamente el programa dynamic en el Audi drive select, la programación de la unidad de control facilita un alto nivel de dinámica transversal y, si se desea, también de derrapes controlados.
Los tres motores eléctricos de propulsión
El motor eléctrico más grande, que acciona el eje trasero en las versiones 55 se instala ahora en el eje delantero, con un diseño adaptado y configurado para ofrecer una potencia de 124 kW (169 CV), que alcanza 150 kW (204 CV) en el modo boost (potencia aumentada de sobrecarga al motor).Una versión modificada del motor eléctrico más pequeño se instala por partida doble en el eje trasero. Entre los dos proporcionan una potencia de 196 kW (267 CV), alcanzando los 264 kW (359 CV) en modo boost.
Tracción quattro con dos motores traseros y vectorización eléctrica de par
Cuando se trata de conducir en modo normal sólo funcionan los motores eléctricos traseros. La tracción delantera no actúa pero, si el conductor requiere más potencia, entra en funcionamiento automáticamente sin que el conductor lo perciba. También se conecta de forma predictiva si disminuye la adherencia. Lo hace cuando los valores de fricción son bajos y en curvas con gran aceleración transversal.
La tracción eléctrica en todas las ruedas se complementa con otra innovación técnica: la vectorización eléctrica del par, que lleva a la era eléctrica las ventajas del diferencial deportivo convencional. A través de una transmisión, cada uno de los motores eléctricos traseros envía la fuerza de tracción a la rueda correspondiente, sin necesidad de que exista un diferencial mecánico.
Cuarenta años después del lanzamiento de la tecnología quattro, Audi eleva el principio de las cuatro ruedas motrices a un nivel tecnológico completamente nuevo. El resultado: unas reacciones más ágiles y con capacidad autodireccional, que permiten una mayor velocidad de paso por curva.
La motricidad es otra ventaja. Durante la aceleración, si una rueda trasera entra en contacto con una superficie con un bajo valor de fricción, el par puede distribuirse entre los dos motores de forma precisa y rápida, repartiéndose gradualmente a la rueda con más tracción, mientras que la rueda con baja tracción continúa moviéndose casi sin par de impulso.
La dirección deportiva progresiva es otra de sus características: su relación se vuelve cada vez más directa a medida que aumenta el ángulo de la dirección. Los ejes delantero y trasero tienen un diseño de cinco brazos. La armonización de la elastocinemática y de la amortiguación también se ha optimizado en las versiones S. Para reducir aún más los movimientos de balanceo en curva, se ha aumentado el diámetro de las barras estabilizadoras en ambos ejes.