Tesla tiene que paralizar la novísima planta de Brandemburgo para realizar trabajos de ampliación y mejora. Durante dos semanas la Gigafactoría no producirá ni un solo coche, lo que supone un problema para la compañía. El cuello de botella comercial se reducirá drásticamente con la salida al mercado de las 2.000 unidades preserie del Tesla Model Y que se fabricaron antes de que la fábrica tuviese el visto bueno para la producción. Una jugada muy interesante que se ajusta a la normativa alemana de emisiones ya que deshacerse de miles de piezas nuevas y utilizables iría en contra de toda lógica razonable.
Sin embargo, lo habitual es que una marca deshaga esas unidades al no estar fabricadas bajo la aprobada certificación de fabricación. La Gigafactoría alemana fue inaugurada oficialmente en el pasado mes de marzo. Un gran acto que contó con la presencia del propio Elon Musk y numerosos representantes políticos del país. La primera factoría de Tesla en territorio europeo se merecía una fiesta por todo lo alto, aunque la producción ya había arrancado días antes al recibir el visto bueno por parte de las autoridades locales y estatales.
La construcción de la planta de Brandemburgo acarreó más problemas de los inicialmente esperados por Tesla. Las enrevesadas normativas europeas y alemanas retrasaron un proyecto muy ajustado en fechas. Para adelantar trabajo Tesla solicitó permiso para producir 250 primeras unidades para ajustar los turnos de trabajo y los tiempos de cada estación, además de para detectar posibles problemas en la cadena de suministro y producción. Finalmente fueron 2.000 unidades las que acabaron siendo producidas de las que poco o nada se volvió a saber, hasta ahora.
Todo el mundo pensaba que esas unidades acabarían en el contenedor de deshechos, pero nada más lejos de la realidad. A finales de la semana pasada saltó la noticia de que Tesla estaba pensando en sacar esas unidades a la venta a fin de evitar más retrasos en las entregas del Tesla Model Y dado el parón de producción. Sólo faltaba el visto bueno de las autoridades. La Oficina Estatal de Medio Ambiente ha declarado oficialmente: "Tesla es libre de procesar los vehículos que se produjeron durante el periodo de prueba de la fábrica, pudiendo venderlos si estos son comercializables".
Ambas partes alegan que destruir esas 2.000 unidades iría en contra de las políticas de emisiones, además de que sería un desperdicio de piezas en tiempos donde los suministros llegan con cuentagotas. En un primer vistazo general, Tesla parece haber descartado 100 unidades por no cumplir con los estándares de calidad. Las 1.900 restantes saldrán a la venta con toda normalidad, aunque no sabemos si los clientes serán informados al respecto de la particularidad de su vehículo.
En España dichas unidades no podrían salir a la venta ya que tendrían la certificación de prototipos, lo que impediría su matriculación como vehículo comercial. Cada país es libre de tomar las decisiones que considere al respecto, pero lo que sí está claro es que esas 2.000 unidades serán cuanto menos particulares. Hay que tener en cuenta que una fábrica mejora sus procesos y calidades con el paso del tiempo, así que habrá que ver cómo de buenos son esos Model Y, y cómo responden al paso de los años y de los kilómetros.