John Bannister Goodenough nació el 25 de julio de 1922 en Jena, Alemania, aunque sus estudios y trabajos los desarrolló en Inglaterra y Estados Unidos. Se graduó con una licenciatura en Matemáticas Aplicadas en la Universidad de Yale en 1944 y posteriormente sirvió en la Segunda Guerra Mundial como meteorólogo en la Oficina de Investigación y Desarrollo Científico en Los Álamos, Nuevo México. Después de la guerra, obtuvo su doctorado en Física en la Universidad de Chicago en 1952.
Consiguió su primer trabajo de investigación en el MIT de Boston, en el Laboratorio Lincoln, donde trabajó en el súper intercambio magnético de materiales, conocido como Goodenough-Kanamori y fue reconocido por sus contribuciones pioneras en el campo de los materiales electroquímicos. Sin embargo, Goodenough es conocido especialmente por su trabajo en el desarrollo de las baterías de iones de litio, claves para la revolución que se ha producido en la industria de la electrónica y los vehículos eléctricos, además de los avances significativos en el campo de la energía portátil.
A lo largo de su carrera, Goodenough trabajó en varias instituciones académicas como investigador y profesor: Universidad de Oxford, Universidad de Chicago y Universidad de Texas, en Austin, donde desempeñó siempre papeles destacados. En 1976, mientras era profesor en Oxford, hizo un descubrimiento crucial al demostrar que los óxidos de metal de transición podrían utilizarse como cátodos en baterías recargables.
En 1980 mejoró la batería de Stanley Whittingham con un nuevo cátodo. Fue el primero que decidió utilizar en él un metal suave, plateado y liviano: el litio. El cátodo de Goodenough se llamaba óxido de cobalto y litio y ofrecía unos sorprendentes cuatro voltios. Una versión más energética y, también, recargable que hasta ese momento no existía en el mercado comercial.
Sin embargo, cuando Goodenough contactó con los fabricantes de baterías en el Reino Unido, EE.UU. y Europa continental, no encontró a nadie interesado. El mundo, al parecer, no quería la batería de litio recargable. Incluso, la Universidad de Oxford se negó a pagar por una patente. Para obtener la protección de la patente, Goodenough tuvo que viajar hasta el laboratorio del gobierno en las cercanías de Harwell, Inglaterra, y ceder sus derechos sobre la invención. Este laboratorio patentó la tecnología y esta quedó inactiva.
Años más tarde, el laboratorio recibió una llamada inesperada de Sony, la compañía tecnológica japonesa, para discutir un acuerdo de licencia sobre una patente que había estado acumulando polvo durante ocho años. La llamada sorprendió a todos en el laboratorio. Al principio, los científicos no podían imaginar qué patente había despertado tal interés. Pronto se dieron cuenta de que Sony estaba citando una patente antigua titulada "Celda electroquímica con conductores de iones rápidos". Era la patente de John Goodenough.
Posteriormente, también fue él quien desarrolló los cátodos de litio-hierro-fosfato, descubriendo que la tecnología LFP se adapta perfectamente a la movilidad eléctrica.
En 2019, a la edad de 97 años, Goodenough recibió el Premio Nobel de Química junto a M. Stanley Whittingham y Akira Yoshino, por sus contribuciones al desarrollo de las baterías de iones de litio. Convirtiéndose así en la persona de mayor edad en recibir un Premio Nobel en cualquier categoría.
Además de su trabajo en el campo de las baterías, Goodenough también realizó investigaciones significativas en el campo de la superconductividad, los materiales magnéticos y los materiales cerámicos. Es autor de numerosos artículos científicos y ha sido reconocido con varios premios y distinciones a lo largo de su carrera.
John Bannister Goodenough es considerado como una de las figuras más influyentes en el campo de la energía y los materiales electroquímicos. Sus contribuciones han tenido un gran impacto en la tecnología moderna y su trabajo continúa siendo un área activa de investigación y desarrollo en la actualidad.