La mejora en el campo de las baterías está permitiendo que los coches eléctricos puedan viajar cada vez más lejos sin preocuparse de la recarga. Las diferentes tecnologías exploradas por la industria se centran en mejorar no sólo la autonomía, también la durabilidad y la velocidad de carga. Sila, una empresa afincada en California, Estados Unidos, acaba de anunciar que ha logrado dar un gran paso en su tecnología de ánodos de silicio. Espera poder escalar la producción en el próximo año y, de paso, han anunciado que el Mercedes EQG será el primer coche del mundo en usarlas.
El año pasado empezó a extenderse el uso del silicio como material de reemplazo para crear la estructura del ánodo de las actuales baterías de litio basadas en grafito. Sila ha sido desde el principio una de las compañías mejor posicionadas en esa revolución. A priori todo parecen ventajas, aunque, como toda nueva tecnología, hay retos a superar antes de alcanzar su comercialización. El principal de ellos es la expansión volumétrica que sufre el ánodo durante los ciclos de carga y descarga. Los iones penetran en el ánodo, desplazan el silicio y comprimen el litio. Este proceso llega a expandir hasta cinco veces el tamaño original.
Sin embargo, Sila parece haber descubierto el secreto para mantener este problema a raya y asegura haberlo hecho sin sacrificar la seguridad o la vida útil de la batería. Por el momento, no se han especificado detalles técnicos, aunque sí se han anunciado cifras prometedoras con respecto a las capacidades de los primeros prototipos. La compañía asegura que sus baterías Titan Silicon pueden ofrecer un 20% más de autonomía que los formatos actuales, lo que vienen a ser unos 160 kilómetros adicionales en según qué modelos. Ahí no acaban las mejoras, porque la velocidad de carga también se ve beneficiada. Del 10% al 80% en tan sólo 20 minutos, con posibilidad de reducir aún más el tiempo.
También hay que mencionar que las primeras estimaciones apuntan a un aumento de la densidad energética del 40% con respecto a una batería de iones de litio convencional y que resultan menos dañinas para el medioambiente en el ciclo de producción. Las Titan Silicon generan entre un 50% y un 75% menos de CO2 por kWh, una reducción significativa. Por último, pero no menos importante, también cabe destacar que las baterías con ánodos de silicio son hasta un 15% más ligeras y un 20% más pequeñas.
El desarrollo de las baterías de ánodos de silicio ha recibido mucha atención en los últimos años. Algunos analistas estiman en más de 1.900 millones de dólares la financiación acumulada en las empresas que investigan su desarrollo. La industria las considera la siguiente evolución en materia de baterías, aunque también se afirma que el próximo paso lógico es el empleo de baterías de estado sólido. Ahora bien, los primeros bocetos apuntan a que no estarán disponibles hasta finales de la década. Nissan es una de las compañías más comprometidas con el desarrollo y ha asegurado que empezará a usarlas en 2028.
Casualmente, Sila cree que puede empezar la producción en masa de sus baterías a partir del segundo semestre del año que viene, fechas que coinciden con el lanzamiento del Mercedes EQG. El todoterreno eléctrico alemán será el primero en usarlas y pocos mejores que él para demostrar la viabilidad en el mundo real. En 2025, la renovación del Mercedes CLA que lo convertirá en un modelo 100% eléctrico, también contará con esta nueva tecnología de baterías. El objetivo real de la compañía es poder producir baterías suficientes como para alimentar a un millón de coches eléctricos en los próximos cinco años. Un dato no muy exagerado que con una fuerte inversión siempre se puede mejorar.