Según los informes de Nissan, las baterías que actualmente utiliza el Leaf pueden cumplir correctamente su función en él durante 10 o 12 años, que es la vida útil que suele tener un coche hasta que su propietario lo cambia por uno nuevo. Durante este primer periodo ofrecen la posibilidad de ofrecer una fuente de ingresos para sus clientes como reguladores de la red eléctrica. Además, como las baterías tienen una vida más larga, pueden tener una segunda vida más allá que el coche eléctrico. Cuando ya no pueden cumplir su función en el automóvil, pueden tener otros usos que Nissan está estudiando como posibles líneas de negocio alternativas a los de la movilidad eléctrica.
Actualmente, Nissan supervisa todos lo que ocurre en los 400.000 Leaf que ha vendido en Europa desde que fue lanzado en 2011. Esto incluye los patrones de carga y también la degradación de la batería. Según Francisco Carranza, director gerente de Renault-Nissan Energy Services, sus estudios indican que la duración media de las baterías es de 22 años, muy por encima de la duración media de un vehículo, unos diez años, antes de achatarrarlo. "Vamos a tener que recuperar esas baterías", ha dicho Carranza en el Congreso de Automotive News Europe.
Segunda vida
Nissan está buscando la forma de abrir nuevas líneas de negocio ya que en un futuro los ingresos tradicionales se agotarán con el cambio de la mecánica de combustión a la eléctrica. Además, sus clientes también se verán beneficiados con nuevas posibilidades de aprovechar la energía de las baterías.
Ámsterdam ArenA.
Nissan ya ha desarrollado algunos proyectos para nuevas aplicaciones para sus baterías, ya sean nuevas o usadas, en aplicaciones fuera del automóvil. El año pasado, se abrió un sistema de almacenamiento de tres megavatios con el equivalente de 148 baterías del Leaf, nuevas y usadas, en el estadio de fútbol Ámsterdam ArenA , destinado a proporcionar un suministro seguro y eficiente de energía.
También ofrece paneles solares y baterías, bajo la marca Nissan Energy Solar, para almacenamiento de energía en las viviendas, similar al que ofrece Tesla, y que se controla a través de una aplicación. Carranza expresó muy claramente esta estrategia con esta afirmación: "Nos estamos alejando del garaje y nos acercamos a la sala de estar".
También en su primera vida
Mediante proyectos piloto, Nissan está probando la manera de que las baterías de sus coches eléctricos puedan usarse para equilibrar la curva de oferta demanda. Cuando el coche no está en uso puede almacenar energía cuando el consumo eléctrico y las tarifas eléctricas son menores. Después puede devolverla a la red cuando la demanda aumenta y sube la tarifa. Un proyecto piloto puesto en marcha en Dinamarca con la compañía energética italiana Enel mostró que los propietarios podrían ganar hasta 1.300 euros con este método.
Sistema V2G del Nissan Leaf instalado en el la vivienda.
En Alemania, Dinamarca y el Reino Unido, el Nissan Leaf ha sido certificado como un proveedor de energía permitiendo que pueda conectarse a la red de la misma forma que las centrales eléctricas convencionales. "La posibilidad de lograr ingresos con un vehículo eléctrico proporcionando servicios de red es cada vez más grande", afirma Carranza. "Por hemos invertido tanto dinero en los últimos años, comprobando las expectativas de los clientes", ha añadido.