La fecha de puesta de largo de los primeros coches eléctricos del Grupo Volkswagen se acerca. Con la entrada del verano, se espera que lleguen a las manos de sus propietarios las primeras unidades del Volkswagen ID.3. Y lo harán sobre una plataforma eléctrica, la MEB, en la que ha invertido casi 5,5 millones de euros, que admite diferentes tipologías de vehículos y también baterías de varias capacidades: 55, 62 y 82 kWh. El suministrador inicial será LG Chem con celdas NCM 712, aunque deja la puerta abierta a otros fabricantes y a otras químicas más evolucionadas.
Esta arquitectura permitirá al Grupo Volkswagen fabricar todo tipo de modelos a partir de ella, desde los utilitarios compactos (con una plataforma modificada) pasando por los compactos, los SUV, los monovolúmenes y las grandes berlinas. En todos ellos utilizará los mismos componentes, incluida la batería, lo que proporciona una amplia economía de escala, crucial, según la compañía, para hacer rentables los vehículos eléctricos.
Una de las ventajas que ofrece una plataforma flexible como esta es la posibilidad de incluir baterías de diferentes tamaños y por lo tanto con diferente capacidad y autonomía. De esta forma el Grupo Volkswagen, en cada una de las marcas que lo componen, dotará a cada uno de sus modelos de una autonomía mínima o podrá ofrecer una serie de variantes mecánicas que se diferenciarán en la capacidad de la batería y, en algunos casos, en la potencia del motor.
La página web PushEVs ha analizado en profundidad las características técnicas de estas baterías desde su componente más pequeño, la celda, hasta el empaquetamiento final. En total, el grupo VAG dispondrá de tres baterías diferentes basadas todas ellos en la misma celda unitaria.
Configuración de las baterías de la plataforma MEB suministradas por LG Chem al Grupo VAG. Imagen: PushEVs.com.
Las celdas de la plataforma MEB serán suministradas por el fabricante coreano LG Chem. Se trata de la celda modelo LGX E78 que funciona a un voltaje de 3,65 V y tiene una capacidad unitaria de 78 Ah. El peso de cada una de ellas es de 1,073 g y su densidad de energía gravimétrica de 265 Wh/kg. En su cátodo disponen de química NCM 712, es decir, están fabricados con el 70% de níquel, el 10% de cobalto y el 20% de manganeso.
A partir de las celdas, el empaquetamiento da como resultado estas tres baterías diferentes.
La batería más pequeña está compuesta por 8 módulos de 192 celdas cada una, con un peso total de 206 kilogramos. Tiene una capacidad total de 55 kWh y útil de 52 kWh, lo que significa que el sistema de recarga puede acceder al 94% de ella, manteniendo oculto el 6% para evitar la degradación que suponen las descargas profundas y las cargas completas.
La batería mediana dispone de un módulo más, en total 9, lo que supone un total de 216 celdas y un peso de 232 kilogramos. Su capacidad es de 62 kWh, de los que son útiles 58 kWh, manteniendo de nuevo un 6% oculto a ojos del propietario.
Por último la batería más grande cuenta con 12 módulos y 288 celdas. Su peso es de 309 kilogramos, su capacidad bruta de 82 kWh y su capacidad útil de 77 kWh, de nuevo un 94% del total.
Componentes de las baterías del Grupo Volkswagen. Imagen: PushEVs.com.
La compañía ha diseñado un proceso de producción flexible para poder emplear celdas de otros fabricantes en el futuro. En poco tiempo, SK Innovation comenzará la producción de celdas tipo bolsa con química NCM 811 (80% de níquel, el 10% de cobalto y el 10% de manganeso) en su fábrica de Hungría. Otros proveedores con los que también cuenta Volkswagen son CATL y SDI Innovation, que contarán con sendas fábricas de baterías en Europa. Es posible que las celdas LFP (litio-ferrofosfato) sin cobalto también puedan utilizarse en los coches eléctricos basados en la plataforma MEB de Volkswagen en un futuro.