A caballo entre las baterías con electrolito líquido, que se utilizan de manera generalizada, y las deseadas baterías sólidas, más seguras y con mejor rendimiento, hay otra categoría que podría ofrecer beneficios y ventajas similares a estas últimas. Con una fecha de comercialización mucho más cercana, las baterías semisólidas, que utilizan un electrolito con una consistencia espesa como un polímero, un gel o una pasta en lugar de una solución líquida, se están convirtiendo en una opción tecnológica muy real.
En comparación con las baterías convencionales, además del extra de seguridad, también ofrecen una mayor densidad energética y una capacidad de carga muy alta. A estas ventajas, se suma una mayor vida útil, pudiendo resistir muchos ciclos de carga y descarga sin sufrir una degradación significativa.
Más allá del laboratorio: una solución real para coches eléctricos ya utilizable
En China, Farasis Energy es uno de los mayores suministradores de celdas de batería en formato bolsa basadas en la tecnología NCM (níquel, cobalto, óxido de manganeso). Durante la celebración de la China International Supply Chain Expo (CISCE), este fabricante presentó una solución llamada Super Pouch (SPS), específicamente desarrollada para vehículos eléctricos, integrada por celdas de batería en estado semisólido.
Las células SPS ofrecen una densidad energética de más de 220 Wh/kg, con lo que es posible alcanzar autonomías superiores a los 1.000 kilómetros, aunque no ha especificado el ciclo de prueba utilizado. El sistema está diseñado para albergar capacidades de batería que oscilan entre los 80 y los 150 kWh, dependiendo del grosor de las celdas que se empleen, que varía entre 85 y 145 milímetros. Farasis explica que esto se debe a que el sistema prescinde de los tradicionales módulos en los que se agrupan las celdas.
Emplea grandes celdas de bolsa semisólidas junto con "una eficiente placa fría líquida" que posibilita utilizar el 75% del volumen disponible para llenarlo de material activo y reduce a la mitad la cantidad de componentes. Este diseño aligera el peso en 20-30 kilogramos y reduce a un tercio el coste de material.
Según explica el fabricante chino, esta arquitectura incrementará la densidad de energía en más de un 30% en comparación con los "sistemas modulares convencionales con el mismo volumen". También afirma que el SPS es compatible con "varios modelos de vehículos eléctricos". Las imágenes publicadas y la información entregada sugieren que Farasis se refiere exclusivamente a automóviles eléctricos ya que no se proporcionan datos que permitan deducir que es aplicable a otro tipo de vehículo.
Las nuevas celdas utilizan láminas ligeras de aluminio y plástico para la encapsulación, junto con un proceso avanzado de apilamiento. La densidad de energía de estas células supera en un 10% a la de las células prismáticas y cilíndricas convencionales del mismo tamaño. Farasis promete tasas de carga y descarga de 2C a 6C (e incluso más), lo que posibilitaría recuperar 400 km de autonomía en 10 minutos, manteniendo una alta eficiencia durante la liberación de energía. Hasta el momento, el fabricante chino no ha revelado la fecha de disponibilidad de sus células SPS.