Los avances tecnológicos en la producción, el uso y la reutilización de las baterías de los vehículos eléctricos podrían convertirse en la clave para mantener el calentamiento global dentro de los límites establecidos por los Acuerdos de París sobre el cambio climático hasta 2030. Así lo asegura el informe "A Vision for a Sustainable Battery Value Chain in 2030"(Una visión para una cadena de valor de baterías sostenibles en 2030) encargado por Global Battery Alliance, una asociación público-privada dirigida por el Foro Económico Mundial.
En la actualidad, solo los sectores del transporte y de la energía representan el 40% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. Según el informe, es necesario un esfuerzo conjunto por parte de las empresas, las organizaciones internacionales, los gobiernos y la sociedad civil para establecer las condiciones adecuadas en la cadena de valor de las baterías que permitan una reducción del 30% en las emisiones de carbono en estos dos sectores. Tal reducción sería suficiente para cumplir el objetivo a largo plazo de los Acuerdos de París de limitar el calentamiento global muy por debajo de los 2ºC sobre los niveles preindustriales. Con medidas inmediatas a lo largo de toda la cadena de valor de la industria de las baterías e inversiones en otras tecnologías como el hidrógeno, se podría alcanzar el objetivo de limitar el aumento a 1,5°C, lo que reducirá considerablemente los riesgos y el impacto del cambio climático. Si bien se espera que el mercado de las baterías crezca anualmente en un 25% durante la próxima década, este nivel de crecimiento no es suficiente para ayudar a cumplir estos objetivos.
El informe también examina el efecto que tendría sobre la economía y la sociedad la inversión en toda la cadena de producción de las baterías, desde la industria minera hasta su reutilización y reciclaje. Se crearían 10 millones de empleos de alta calidad, la mayoría de ellos en economías emergentes. Además, 600 millones de personas tendrían acceso al suministro eléctrico por primera vez, lo que cerraría la brecha de acceso a la energía existente en el mundo en un 70%.
Para Dominic Waughray, Jefe de la Plataforma de Bienes Públicos Globales y Director Gerente del Foro Económico Mundial, "la reducción de la huella de carbono del mundo es el desafío que define el siglo 21. Durante los próximos 10 años, las baterías que ahora están impulsando la cuarta revolución industrial representarán la mayor expectativa para reducir la contaminación atmosférica de muchas de nuestras actividades económicas relacionadas con la energía".
Huella de carbono de la producción de baterías en 2018 y 2030. Fuente GBA-Análisis de McKinsey.
El potencial de las baterías para reducir significativamente la huella de carbono, crear empleos, mejorar las condiciones de trabajo para aquellos que trabajan en la industria, incrementar el acceso a la energía no se logrará si la cadena de valor se desarrolla según la tendencia actual.
Global Battery Alliance hace un llamamiento a todas las partes interesadas para que se adhieran a las 10 recomendaciones destinadas a construir una cadena de valor circular, sostenible y responsable y planea involucrarlas a todas para desarrollar una estrategia de implementación para aprovechar esta oportunidad.
El trabajo que queda por hacer
Alcanzar la escala para lograr estos objetivos requiere un cambio considerable. En primer lugar la a cadena de valor de hoy de las batería tendría que expandirse 19 veces respecto a su tamaño actual. Esto requeriría una inversión de 550.000 millones de dólares acumulados durante los próximos 10 años, además de trabajar en una serie de desafíos que es necesario vencer.
Mientras que las emisiones de CO2 del ciclo de vida completo de las baterías, incluida su fase de uso, son más bajas en comparación con los vehículos tradicionales, es necesario trabajar sobre la fase de producción que tiene una importante huella en gases de efecto invernadero.
El aumento de la demanda de materias primas, a corto plazo enfocada en el cobalto y a más largo plazo en el níquel y el litio, hará que la cadena de valor enfrente riesgos sociales, ambientales y de integridad, que involucran el trabajo infantil y, potencialmente, formas de trabajo forzoso, condiciones inseguras, contaminación local del aire, del agua y del suelo, pérdida de biodiversidad y corrupción.
Cobalto.
La incertidumbre con respecto a las preferencias del consumidor condicionada por la implementación de la infraestructura de recarga y el temor la nueva tecnología plantea un riesgo comercial significativo para la cadena de valor. En los últimos tres años, los fabricantes y proveedores han invertido más de 100.000 millones de dólares en desarrollo tecnológico, pero la rentabilidad no está garantizada. Para asegurarla, se necesita un rápido crecimiento de la infraestructura de recarga y un ecosistema coherente. Sin ella, las inversiones críticas en la cadena de valor de la batería serán marginales.
Los materiales y la energía renovable
La extracción anual de minerales para 2030 precisaría unas 120 fábricas adicionales de baterías de última generación. Para evitar esta necesidad, se requiere un cambio estructural para hacer que las baterías sean sostenibles desde las perspectivas ambiental y humana. Esta sostenibilidad exige asegurar que la cadena de valor sea "circular": las baterías se utilizan, se reutilizan y se reciclan al final de su ciclo de vida.
La integración de vehículos que funcionan con baterías en la red eléctrica podría cubrir el 65% de la demanda de almacenamiento de baterías estacionarias y permitir una mayor participación de las energías renovables en las redes eléctricas a nivel mundial. Además, en 2030 el reciclaje podría proporcionar el 13% de la demanda mundial del cobalto, el 5% del níquel y el 9% del litio. Estos porcentajes crecerán a medida que exista un mayor número de baterías que alcancen el final de su vida útil y pasen a la fase de reciclaje final.
Expectativas de baterías para segunda vida y reciclaje.
Para garantizar la sostenibilidad de la comercialización de las baterías en todo su ciclo de vida, la participación de las energías renovables en la cadena de valor debe ser cada vez mayor. Esta comercialización debe apoyarse en políticas locales que garanticen el trabajo digno y la trazabilidad del producto. Global Battery Alliance se ha comprometido a comenzar a implementar en 2019 una hoja de ruta de acciones que hará pública, con el objetivo de erradicar el trabajo infantil en la próxima década.