Al igual que hay un principio, hay un final. Los tiempos cambian y hay que dejar espacio a lo nuevo. El BMW i3 siempre será considerado como un revolucionario. El primer eléctrico de BMW se despide por todo lo alto con una ceremonia muy especial. Las últimas unidades producidas llevarán un diseño muy específico y su entrega ha sido muy diferente a todas las demás. Toca decir adiós a un coche muy importante, pero pronto llegarán nuevos y más atractivos modelos.
Aunque era un secreto a voces, a principios de año BMW confirmaba que era el momento de decir adiós al i3 tal y como lo conocemos hasta ahora. Tras nueve largos años de servicio, el utilitario eléctrico empezó a descontar tiempo en el reloj de vida. Las últimas unidades salieron de la línea de montaje a finales de junio, aunque no ha sido hasta ahora cuando las altas 18 unidades han sido presentadas y entregadas a sus propietarios, que siempre podrán decir que tienen uno de los últimos modelos de su especie.
Durante estos años el i3 ha demostrado que la movilidad eléctrica no sólo es posible, es real. Lanzado originalmente en 2013 con una autonomía de 190 kilómetros y un concepto Range Extender, las constantes mejoras le han permitido ofrecer mejores rangos y mayores prestaciones. El modelo que actualmente estaba a la venta surgió en el 2018, alcanzando un pico de autonomía 100% eléctrica de 310 kilómetros gracias a una batería de 37,8 kWh de capacidad neta. Nueve años de producción, más de 250.000 unidades vendidas en 74 países y, sobre todo, el hecho de haber sido el precursor de un cambio.
Porque los de Múnich tienen puesta en su flamante oferta eléctrica toda la atención del mundo. El BMW i4, el BMW iX y el BMW iX3 se construyen sobre los pilares de conocimientos aprendidos con el i3. Como ya hemos dicho, la denominación desaparecerá del catálogo de BMW durante una temporada, pero pronto resurgirá para mostrarse como la variante eléctrica de la berlina media, el BMW Serie 3. Durante un tiempo toca olvidarse del i3, pero los alemanes tienen muy claro que quieren recuperar esa combinación más pronto que tarde.
El emotivo homenaje de despedida ha tenido lugar en la sede de BMW, en Múnich. Las últimas 18 unidades llevan una librea de colores muy característica; mitad dorado, mitad negro. Con clientes ya asignados, es el momento de decir hasta pronto, cada unidad será entregada dejando constancia de la particularidad. Así que ya lo sabes, si algún día te cruzas con un BMW i3 dorado y negro sabes que te encuentras ante un coche muy especial. Uno de los últimos de generación.