Las petroleras han visto en la electrificación un enemigo natural. A medida que siga creciendo la venta de vehículos eléctricos, menos clientes se pasarán por las miles de estaciones de servicio repartidas por España y Europa. Las grandes compañías están diversificando su cartera de productos, desde soluciones energéticas domésticas hasta su propia red de carga. BP (British Petroleum) ha visto en la debilidad de Tesla un momento perfecto para quedarse con algunas de sus instalaciones de carga rápida abandonadas. Son varias las empresas que están siguiendo el mismo rumbo.
Para Tesla, el año no ha empezado como se esperaba. Los de Austin no han cumplido con sus propias expectativas. Las ventas y los beneficios han sufrido importantes recortes durante los tres primeros meses y todo apunta a que va a ser un año muy difícil. Si el mayor vendedor de coches eléctricos entra en fase negativa no podemos ni imaginar cuál será la situación de otros fabricantes. A pesar de seguir liderando el mercado, la compañía se ha visto obligada a tomar drásticas decisiones en forma de despidos colectivos. Tesla va a prescindir de al menos el 10% de sus trabajadores en todo el mundo.
Muchas son las empresas que quieren abonarse a los terrenos de Tesla
Sin embargo, las cuentas hacen pensar que la cifra final va a estar más cerca del 20% de toda la plantilla. Nadie tiene su puesto garantizado, a excepción del propio Elon Musk. Nadie, ni siquiera los más altos directivos que llevan años en la empresa o uno de los departamentos de mayor éxito, el encargado de gestionar los Supercargadores. Aunque la red de carga de Tesla es una de sus mejores tecnologías, de la noche a la mañana todo el equipo se ha visto en la calle. Una extraña maniobra de Tesla y de Elon Musk que ya empieza a tener sus repercusiones. La competencia ha olido sangre y sabe que este es el momento de atacar.
Hace unos días pudimos saber que Tesla va a ralentizar significativamente la expansión de su red de carga. Las obras ya iniciadas se completarán, pero no se harán nuevas instalaciones, ni siquiera en aquellas donde ya se han adquirido los terrenos. BP Pulse, la filial de carga de BP, ha asegurado que “está buscando agresivamente adquirir bienes inmuebles para escalar la red, ahora con mayor énfasis tras el reciente anuncio de Tesla”. Sujay Sharma, director ejecutivo de BP Pulse en Estados Unidos, ha asegurado a Bloomberg que están dispuestos a quedarse con los terrenos que Tesla ya tenían arrendados o comprados en los que esperaba instalar puntos de carga rápida.
“Si hay socios inmobiliarios varados que están buscando a alguien a quien llamar, deberían sentirse libres de levantar el teléfono y llamarme o buscarme en LinkedIn". Más claro imposible. BP no es la única en atacar a la mayor potencia de carga del mundo. Revel, una empresa americana de transporte compartido, que a su vez tiene su propia red de carga, está considerando quedarse con los espacios que Tesla ha abandonado en la ciudad de Nueva York. No cabe duda que el éxito de Austin ha abierto los ojos a muchas empresas. Tesla debería replantearse su estrategia, pero nadie en el seno de la empresa ha decidido hacer comentario alguno al respecto.
Cabe la pena mencionar que esta no es la primera vez que BP y Tesla se sitúan en el mismo plano. Los ingleses siempre han sabido en quien fijarse a la hora de crear su propia red de carga. Tal es su admiración hacia los americanos que a finales del año pasado llegaron a un acuerdo con la compañía de Elon Musk para que esta proporcionase sus puntos de carga en los puntos de la red BP Pulse. Un acuerdo multimillonario, 100 millones de dólares, que permitirá a BP tener una red de carga tan buena como la de Tesla. Por el momento las primeras instalaciones sólo están operativas en Estados Unidos, pero pronto llegarán a Europa y otros territorios.