A primera vista, puede parecer que Lotus se encuentra actualmente en uno de sus mejores momentos de su historia. El desarrollo y lanzamiento de nuevos modelos ha creado unas altas expectativas en una marca que se sitúa como la principal rival de los coches eléctricos de Porsche. El primero en llegar en esta nueva etapa fue el Lotus Eletre, un SUV eléctrico de grandes dimensiones. El siguiente será una berlina eléctrica que buscará enfrentarse al Taycan. Sin embargo, no todo son buenas noticias para la marca, ya que llevan años encadenando pérdidas económicas que aún no han sido resueltas.
En 2021, con tan solo 1.566 vehículos producidos, arrancó la deriva económica de la marca. La situación no mejoró en 2022, cuando la compañía británica apenas entregó 576 coches y su pérdida fue de 186,6 millones de dólares, casi el doble de lo perdido en 2021. Si bien es cierto que todavía no se han materializado los resultados de su nuevo enfoque eléctrico en 2023 , los primeros indicios no pintan bien.
Los modelos comercializados a día de hoy por la compañía, como el Emira, han sufrido importantes retrasos en el inicio de producción y su posterior entrega. A esto se añade la espera que ha sufrido el Evija, el hiperdeportivo eléctrico que aún no ha empezado a entregarse a sus propietarios, aunque la marca afirma que “lo hará pronto”.
Con todo ello y el alto coste de inversión en desarrollo que está realizando la marca, los números rojos no paran de crecer. Desde Lotus aseguran que esto es una situación pasajera, ya que en los próximos años deberían recuperar buena parte de esta inversión gracias a su nueva gama de modelos eléctricos. Sin embargo, los resultados actuales no son buenos y la cúpula ya ha tenido que tomar decisiones drásticas.
Según ha informado Lotus a Top Gear, la marca ha tenido que hacer frente a serias decisiones para reducir sus gastos y optimizar su estructura organizativa: “La propuesta de Lotus Cars para una reorganización de su negocio es garantizar que exista la estructura organizativa correcta para que logremos nuestros objetivos comerciales y construyamos un futuro sólido y sostenible. Esto incluye una reestructuración de la fuerza laboral que puede implicar la pérdida de hasta 200 puestos de trabajo”, afirman desde la marca en su comunicado.
Desde Lotus confirman que estos recortes no afectarán a la producción de vehículos, ya que únicamente llegarán a las divisiones de Ingeniería y Administración. Al mismo tiempo, aseguran que con esta decisión podrían ahorrar grandes sumas de dinero. También esperan comenzar este mismo 2023 con la producción en masa del Lotus Emira y del Lotus Eletre. Esto supondrá una importante inyección económica una vez entregados los vehículos a sus propietarios.
Las ya mencionadas primeras entregas del Lotus Evija también deberían suponer un importante desahogo económico para la firma, ya que, según ha confirmado el director de Atributos e Integridad de Producto de la compañía, Gavan Kershaw, ya saben cuándo y dónde entregarán la primera unidad: “En Monterey, en Pebble Beach”. Recordemos que este vehículo se producirá en una tirada limitada a sólo 130 ejemplares a razón de 2,6 millones de dólares cada uno.
Con estos movimientos, Lotus confía en poder salir de la pantanosa zona de quiebra económica mientras su gama de productos eléctricos continúa con su desarrollo. Después de la berlina eléctrica llegará también un SUV de menor tamaño al Eletre, así como un deportivo heredero de la histórica filosofía de la marca.
