BYD está construyendo la mayor fábrica de baterías para vehículos eléctricos en la provincia china de Qinghai. Según Bloomberg, la capacidad de producción alcanzará los 24 GWh a finales del año que viene, lo que la convertirá en ese momento en la más grande del mundo. Contabilizando el conjunto de sus factorías, BYD planea alcanzar los 48 GWh de capacidad productiva en 2019 y llegar a 60 GWh en 2020.
Según los planes del fabricante chino de baterías, su nueva fábrica cubrirá una superficie de trabajo de un millón de metros cuadrados y contará con líneas de producción totalmente automatizadas. En su interior, hasta 100 robots se encargarán tanto de la producción como de la logística. Según BYD, de sus instalaciones saldrán las nuevas baterías basadas en la química NCM 811, que cuentan con unas proporciones del 80% de níquel, el 10% de cobalto y el 10% de manganeso en su cátodo, ofreciendo –según el fabricante– un excepcional balance de potencia, energía y estabilidad térmica a bajo coste.
La inversión de BYD en este proyecto es de alrededor de 1.500 millones de dólares presupuestados en su plan de expansión comercial. Su objetivo no es solo equipar sus propios vehículos eléctricos, sino convertirse en suministrador para otros fabricantes. Según Sherry Li, directora de comercialización de BYD, se encuentran en conversaciones con diversos fabricantes estadounidenses y europeos para el establecimiento de fábricas fuera de China.
Por su parte CATL, su principal competidor, está trabajando en la construcción de una instalación de similar tamaño a la de BYD. La planta de CATL también tendrá 24 GWh de capacidad anual, pero no alcanzará su apogeo hasta el año 2020. Con ella, CATL aspira a convertirse en el mayor fabricante de baterías del mundo, con un potencial de producción de 88 GWh. Por otro lado, la Gigafactoría de Tesla en Nevada será capaz de alcanzar los 35 GWh al año. De esta forma, cuando las instalaciones de sus rivales funcionen a pleno rendimiento, la nueva instalación de BYD se encontrará entre las tres más grandes del mundo.
El aumento del mercado de vehículos en China es consecuencia de los estímulos del gobierno. Estos se han dirigido tanto a las ayudas a la adquisición de vehículos como a la propia industria interior. El gobierno chino pretende consolidarse como un referente en la industria automotriz mundial, liderando el mercado de la fabricación de automóviles y el suministro de componentes.