La marca china BYD acaba de llegar a nuestro país con tres modelos distintos, una berlina y dos SUV. El más asequible de ellos, el BYD Atto 3, lo hemos podido probar y nos ha dejado un buen sabor de boca. En la presentación del Atto 3, la marca también tenía expuesto el BYD Han, su coche más lujoso. No pudimos conducirlo, pero sí subirnos a él, tocarlo, analizarlo, usar su sistema multimedia... Y lo cierto es que nos impresiónó.
Lo primero que debemos tener claro es que el cliché de 'coche chino, coche barato' ya pasó a la historia. No vamos a entrar a discutir aquí si la técnica y los diseños los han copiado de otros o sólo se han inspirado (no lo digo por BYD sino en general), pero está claro que en China saben igualar e incluso mejorar lo que ya existe.
El BYD Han es buen ejemplo de ello. Con sus 4.995 mm de longitud, es una berlina del segmento E de tamaño similar al Audi e-tron GT (4.989 mm), al Mercedes EQE (4.946 mm) y al Tesla Model S (5.021 mm). Bien es cierto que las proporciones son algo diferentes a lo que acostumbran los coches eléctricos; el Han da la sensación de que su distancia entre ejes podría estirarse un poco más. Aun así, en el interior hay espacio suficiente como para sentir que viajas en primera clase.
El Han es el buque insignia de la marca china (junto al Tang, el SUV de mayor tamaño) en nuestro mercado. Quizá uno puede tener el prejuicio de que el lujo chino no está a la altura del estándar europeo, pero nada más lejos de la realidad. El Han tiene muy buenos acabados en su interior, con una bonita tapicería de piel marrón que demuestra mucha calidad a nivel visual (aunque no es cuero, sino piel sintética), molduras de madera agradables al tacto y apliques de alumino.
También hay plásticos, lógicamente, pero todos con unos ajustes sólidos. La consola central, decorada íntegramente con madera de poros abiertos, está construida de manera robusta y no cruje si la fuerzas un poco, algo que sí ocurre en algunos modelos de este nivel de precio, incluso de marcas consideradas premium. En general, el Han tiene muy buena calidad de construcción y es digno de reconocer. Algo lógico, por otra parte, ya que estamos hablando de casi 70.000 euros de coche.
Las puertas tienen molduras de madera de tamaño generoso y la parte central forrada en piel con un bonito patrón en forma de diamante con pespuntes en contraste. Los reposabrazos también se han cubierto con este material, reservando el plástico sólo para la parte inferior. Todo ello adornado con unos tiradores metálicos y unos altavoces Dynaudio (con acabado en color bronce en las plazas delanteras). El sistema de audio no es el mejor que he escuchado en un coche de alta gama, pero después de jugar un poco con el ecualizador se consigue un sonido muy bueno.
Quizá el toque más espectacular lo ponen las molduras iluminadas del salpicadero, que muestran animaciones visuales en la propia moldura y con colores que van cambiando. Esto aporta el toque más tecnológico o más moderno, junto a la enorme pantalla de 15,6 pulgadas horizontal y vertical al mismo tiempo. Bueno, no al mismo tiempo exactamente: se puede elegir la orientación de la pantalla pulsando un botón en el volante o en la propia pantalla. Un mecanismo eléctrico hace rotar la pantalla y, lógicamente, también cambia la orientación del contenido (como en un teléfono móvil o una tableta).
El sistema multimedia tiene aplicaciones integradas como Spotify, algunas propias desarrolladas por BYD y compatibilidad con cualquier smartphone actual. La respuesta táctil la pantalla y la fluidez con que funciona está a la altura de un Tesla o un tablet de alta gama. Al hacer zoom en el mapa del navegador, la respuesta es inmediata. La capa del sistema multimedia la ha desarrollado BYD, pero basta explorar un poco los menús para comprender que el sistema operativo está basado en Android.
Más allá de las molduras iluminadas, no todo es fantasía de colores para despistar la atención. También se ha puesto esmero en los detalles. Por ejemplo, los botones para reclinar los asientos traseros. El respaldo de los dos asientos traseros exteriores se pueden inclinar eléctricamente mediante un bonito botón de acabado metálico, con forma de asiento, ubicado junto al botón del elevalunas. Por cierto, los cuatro asientos principales tiene regulación eléctrica, están calefactados y ventilados de serie. Eso sí, no pueden tener masaje.
Otro ejemplo de sus acabados está en el maletero, que va totalmente tapizado. Algo cada vez menos frecuente incluso en modelos de gama media-alta, que dejan sin tapizar la parte superior, más difícil de ver a simple vista (valga la redundancia). O en el material insonorizante del capó delantero, algo poco habitual en los coches eléctricos debido al ahorro de costes.
S hablamos de las plazas traseras, conviene resaltar varias cosas. Podemos ir muy reclinados, dejando una posición bastante tumbada para viajar. El reposabrazos central incorpora una pantalla táctil de 7 pulgadas desde la cual se puede controlar la iluminación, el climatizador automático, la calefacción de los asientos o abrir el techo panorámico. A modo de curiosidad, el techo panorámico se puede abrir/cerrar en fracciones del 1%.
La tipografía y la interfaz de la pantalla trasera quizá no es tan moderna como la de una berlina alemana, pero las opciones son muy parecidas y funciona bien. Hay otra segunda pantalla detrás para el climatizador de las plazas traseras y esta sí tiene unos símbolos algo arcaicos, con los típicos números y letras de segmentos (como una calculadora). Es de las pocas cosas que desentonan en el interior, junto a los botones del volante, que sí parecen más baratos que lo demás.
Tener todo bajo control desde las plazas traseras es una sensación de lujo, algo que normalmente se vive en coches en los que no conduce su propietario sino el chófer. Desde las plazas traseras, el BYD Han transmite una sensación parecida, pero lo hace por una fracción del precio de sus rivales directos europeos: esta berlina china cuesta 69.900 euros en España.
Con lo que se puede valorar en estático, este BYD Han pone en jaque a sus potenciales rivales europeos, incluidas las berlinas premium alemanas y estadounidenses (Tesla). Cuando lo podamos conducir, veremos si es un jaque mate definitivo o sólo un toque de atención al rey.