La trayectoria de BYD como fabricante de turismos, especialmente en estos últimos compases, ha sido espectacular. Fundada en 1995, tardó 13 años en producir su primer millón de coches, otro año y medio para alcanzar los tres millones y, este es el dato que sorprende de veras, sólo 9 meses más para alcanzar la cota de los cinco millones producidos. Celebrando este hito, la marca ha querido dejar claro que aspiran a convertirse en referencia absoluta a la vez que quieren tirar del resto de la industria automotriz china.
Ha sido en un vídeo publicado por la propia marca en el que el fundador y presidente de BYD, Wang Chuanfu, detalla la formación de los doce principales fabricantes de automóviles chinos, entre los que figuran nombres como FAW, Xpeng, Nio y Li Auto.
En él, Chuanfu llama a la unidad al resto de fabricantes chinos para hacer frente a los productos de fabricantes extranjeros: "Nuestras historias son diferentes entre sí, pero comparten la misma dirección. No hay distinción entre 'tú' y 'yo'. Creo que ha llegado el momento de las marcas chinas. Es una necesidad emocional para los 1.400 millones de chinos ver que una marca china se vuelve global".
Según detalla el medio Reuters, el vídeo termina con una voz en off pidiendo a los fabricantes de automóviles chinos que "destruyan las viejas leyendas y logren nuevas marcas de clase mundial".
Una espina clavada
Estas ganas por parte del directivo de BYD no sólo las manifiesta él, sino que están inculcadas en toda la sociedad china de hace mucho tiempo. Y es que, si algo ha echado en falta el gigante asiático en estas últimas décadas ha sido un fabricante automóviles de referencia capaz de hacer frente al compendio de marcas europeas, japonesas y estadounidenses que durante años han estado dominando la escena automotriz de manera autoritaria.
Con una industria completamente asentada, es realmente difícil destacar y convencer a los potenciales clientes cuando hay rivales que ofrecen un producto que genera una mayor confianza. Sólo Tesla ha sido capaz de surgir entre nombres como Volkswagen, Ford o Toyota, entre otros, y a la firma americana ahora se ha sumado BYD.
En España, la marca apenas acaba de irrumpir comercialmente. Sus coches eléctricos arrancan en un precio ligeramente inferior a los 30.000 euros en el caso del más accesible.