Byton, la startup de coches eléctricos china que sorprendió en el CES 2018 con un nuevo modelo, anunció recientemente sus planes de expansión, incluyendo la apertura de 30 nuevos centros de distribución y exhibición en China. Ante la llegada del SUV eléctrico M-Byte al mercado, David Twohig, ingeniero jefe de la firma reveló, en declaraciones a Green Car Reports, las características que tendrán los vehículos eléctricos de la marca una vez salgan a producción.
Twohig, que ha liderado proyectos de ingeniería tan diversos como el Alpine A110, el Nissan Qashqai de primera generación o el Renault Zoe, asegura que la plataforma creada para Byton es capaz de albergar tres coches completamente distintos sin necesidad de adaptar demasiados elementos, lo que abarata notablemente los costes de sus vehículos. La arquitectura lleva siendo desarrollada más de dos años y medio y permitirá ensamblar sobre ella vehículos tan variopintos como el SUV M-Byte –primer modelo de la marca– y el sedán K-Byte. De este último reveló que su diseño será ligeramente distinto para el modelo de producción y que su longitud superará en varios centímetros la del Tesla Model S. "Será una auténtica berlina de gran tamaño", aseguró.
Byton M-Byte.
Cuando el Byton M-Byte salga a producción, algo que debería suceder hacia finales de año, únicamente habrán pasado 39 meses desde que la compañía nació y empezó a crear sus vehículos desde cero. "Es algo asombroso", dijo Twohig. "Es algo inusual que una compañía tenga una arquitectura para tres coches distintos desde el primer día", dando a entender que existe un tercer modelo que todavía no ha sido presentado. Sin profundizar en los detalles, Twohig reconoció que el tercer modelo será clave para la viabilidad económica de la marca, por lo que se puede interpretar que será un coche eléctrico más pequeño y barato que los dos primeros. Cabe recordar que el precio del M-Byte cuando salga a la venta partirá de $40.000 dólares, unos 35.000 euros al cambio actual.
Con el objetivo de mantener los costes de fabricación lo más bajos posibles, la arquitectura de Byton se construye utilizando básicamente acero. Los costes que la compañía estima para hacerla usando aluminio o fibra de carbono son demasiado altos para conseguir sacar su coche eléctrico al mercado con un precio competitivo. En cuanto a la enrome pantalla de 41 pulgadas que recorre el salpicadero del M-Byte de extremo a extremo, la compañía reconoce que es la primera vez que se incluye algo así en un vehículo y que deberá pasar las respectivas pruebas de seguridad en Europa y Estados unidos para su homologación.
Byton K-Byte.
En lo que a tren propulsor se refiere, los tres modelos de Byton se ofrecerán con tracción trasera o a las cuatro ruedas (con uno o dos motores) y con dos niveles de batería: 71 o 95 kWh de capacidad. Aunque utilizarán los mismos paquetes de celdas así como trenes propulsores idénticos, Twohig advirtió que existirán diferencias entre la autonomía del M-Byte y del K-Byte debido a la distinta aerodinámica y proporciones que tendrá cada vehículo. Para la recarga se utilizará una conexión compatible con el estándar CCS de recarga rápida en corriente continua que permitirá recuperar el 80% de la capacidad de las baterías en solamente media hora. En lo que a infraestructura se refiere, la empresa no tiene intenciones de crear una red de cargadores propia, por lo que sus clientes deberán utilizar las estaciones de carga públicas.