Los japoneses han tomado una postura demasiado conservadora con respecto al coche eléctrico. Esta es una visión compartida por expertos, prensa e, incluso, por el público en general. La industria del automóvil de Japón, una de las más importantes a escala global, no se está adaptando a la movilidad eléctrica como debería. Con una mentalidad demasiado centrada en la hibridación, el mercado está pasando por encima de ellos como una apisonadora. Esta estrategia se cobra ahora su primera víctima internacional. Mitsubishi ha avisado que abandona el mercado chino al no poder seguir el ritmo de la industria eléctrica.
También es cierto que la compañía de los tres diamantes se encuentra en un punto bastante delicado. Perteneciente a la alianza Nissan-Renault-Mitsubishi, pasa por sus horas más bajas a nivel internacional. Hoy en día, en Europa ofrece una gama basada en los productos de Renault. Los casos más evidentes son los nuevos Mitsubishi ASX y Mitsubishi Colt, copias exactas de los franceses Captur y Clio, respectivamente. Esta decisión ha cogido a muchos por sorpresa, aunque en realidad tiene un por qué, tal y como explica la marca.
Mitsubishi ha preferido copiar modelos franceses para no abandonar por completo el mercado europeo. Los próximos dos años se presentan casi en vacío para la compañía japonesa. No se esperan grandes lanzamientos, a excepción del Mitsubishi Outlander de última generación. Dejar vacío los puestos del ASX y el Colt supone un riesgo excesivo de abandono que los japoneses no quieren correr. En los próximos dos cursos se harán los preparativos para una nueva etapa, pero la pregunta que todo el mundo se hace es: ¿llegarán demasiado tarde?
Esa misma pregunta se puede achacar a toda la industria del automóvil de Japón. En China las ventas de vehículos NEV se ha disparado, sobre todo eléctricos. El ritmo de lanzamientos y producción es tan acelerado que cuesta seguir el ritmo. Mitsubishi sólo ofrece un eléctrico en China, el Airtrek, pero no se vende. Tan sólo 515 unidades fueron matriculadas el año pasado. Y eso que hablamos de un mercado potencial de más de 1.000 millones de habitantes. Ante la imposibilidad de ofrecer lo que el público pide, la decisión ha sido de lo más drástica, cesar todas las operaciones en el país. Lo que no se ha especificado es si esta medida es temporal o definitiva.
Estamos hablando de un caso extremo, pero que podría replicarse en otras compañías. Toyota es otra de las marcas japonesas que está reconduciendo su estrategia muy lentamente. Sin embargo, aunque su gama bZ tiene ventas muy discretas, los japoneses están trabajando entre bambalinas para ofrecer una tecnología eléctrica que sea realmente la solución a la combustión. Coches eléctricos con más de 1.000 kilómetros de autonomía y cargas en 10 minutos. A pesar de ello, su presidente, Akio Toyoda, tiene su propia forma de pensar respaldada en la decisión de mil millones de clientes.