Algunas de las marcas alemanas no está pasando por su mejor momento, especialmente en materia económica. Volkswagen ha saltado a la palestra en numerosas ocasiones durante las últimas semanas. El motivo principal es que no les salen las cuentas a causa de la disminución en la demanda de vehículos, especialmente en los eléctricos. Tanto es así que esta compañía se ha unido a Mercedes-Benz y a BMW, pues el trío germano ha tenido que recortar sus previsiones económicas para 2024.
Esta no es la primera vez que el Grupo Volkswagen lleva a cabo un movimiento de este tipo. Concretamente, el pasado mes de julio, ya tuvo que hacer recortes importantes en sus previsiones para 2024. Uno de los motivos principales en aquel momento fueron a causa de los costes previstos por el cierre de una planta de Audi en Bélgica. A día de hoy, tras la reestructuración, el conglomerado alemán prevé un margen operativo del 5,6 por ciento.
El ‘trío alemán’ modifica sus pronósticos para 2024
Con estas nuevas cifras del Grupo Volkswagen, el número de entrega de coches caerá hasta los 9 millones en 2024, frente a los 9,24 millones firmados en 2023, lo que repercutió en un margen operativo del 7%. Inicialmente, los pronósticos para 2024 era crecer en un 3% con respecto a la cifra del año pasado. Finalmente, no será así.
Volkswagen ha admitido que ha recortado sus perspectivas económicas “a la luz de un entorno de mercado desafiante y desarrollos que no han cumplido las expectativas originales, particularmente en las marcas Volkswagen Passenger Cars, Volkswagen Commercial Vehicles y Tech. Components”.
Pese a esto, lo cierto es que la fluidez en la caja del Grupo Volkswagen también depende de las inversiones que ha llevado a cabo la compañía recientemente. Concretamente, una de las más importantes y destacadas ha sido su asociación con Rivian, la compañía norteamericana de SUV y todoterrenos eléctricos.
Tal y como publican desde Bloomberg, los problemas han llegado como una apisonadora al modelo de mercado presentado por Alemania, el cual se basaba principalmente en la exportación de vehículos (entre otras cosas). Con la bajada en la demanda de coches, especialmente en China, la industria de Alemania se ha resentido notablemente, hasta el punto de tener que empezar a hacer reestructuraciones o cierres de plantas históricamente exitosas.
Las elecciones presidenciales a la Casa Blanca, el próximo mes de noviembre, podrían ser un nuevo varapalo para las marcas alemanas, ya que el candidato republicano, Donald Trump, ha confirmado que la importación de vehículos a Estados Unidos tendrán como consecuencias “fuertes aranceles”. En cambio, si se producen los vehículos en el propio país, las marcas podrán evitar estos impuestos. Actualmente las tres firmas (Volkswagen, Mercedes y BMW) poseen plantas en este país, aunque no producen allí todos sus modelos.