Para una exitosa implantación del coche eléctrico es más que necesario la extensión de una red de recarga efectiva y utilizable. Mientras que muchas compañías se centran mayoritariamente en ampliar la infraestructura en carreteras, pocas ponen su atención en los centros urbanos, donde los puntos o son escasos o están muy demandados. Ionity quiere implementar una red de carga rápida en el centro de las ciudades para ayudar a aquellos conductores que no disfruten de la comodidad de una plaza de garaje donde instalar un punto de carga.
Se estima que más del 70% del parque automovilístico nacional pasa las noches al descubierto. Mientras que en zonas rurales y de periferia es habitual que las casas cuenten con garajes, en densas áreas metropolitanas es todo lo contrario. Los usuarios aparcan el coche en la calle ante la falta de una plaza de garaje. Uno de los retos de la movilidad eléctrica es ese, surtir de energía a aquellos usuarios que, por desgracia, no tengan la posibilidad de cargar su coche eléctrico por la noche.
La solución de Ionity es bien sencilla: extender su red de supercargadores a los centros urbanos. Con más de 400 estaciones de carga repartidas por las principales rutas de transporte en Europa, el jefe de la compañía, Michael Hajesch, ha declarado que tienen la mirada puesta en las ciudades. La demanda es cada vez más alta y, por problemas de ubicación, los puntos no siguen un camino paralelo. Sí, cada vez hay más puntos en ciudades, pero siguen siendo muchos menos de los necesarios.
Buscar un punto de carga es, a menudo, una tarea imposible. A veces el punto no está operativo, otras está ocupado por otro coche eléctrico, cuando no por uno térmico cuyo conductor no resulta especialmente amable. Las pocas instalaciones de carga presentan una alta rotación de vehículos, donde muchos usuarios optan por reservar rápidamente un anclaje ante la rápida posibilidad de quedarse colgado y sin sitio donde cargar.
La red de Ionity sigue creciendo, aunque no tan rápido como se esperaba. En los últimos meses diferentes empresas se han subido al carro de la compañía. Fondos como BlackRock han invertido enormes cantidades de dinero, unos 500 millones de euros, en implementar una red de carga controlada por los principales fabricantes de coches en Europa. Se espera que para 2025 se disponga de un total de 1.000 estaciones de carga y 7.000 puntos repartidos en 24 países.
Uno de los problemas a los que se enfrenta Ionity es la tremenda burocracia necesaria para instalar puntos de carga. Los Gobiernos locales exigen demasiado papeleo para poder abrir una instalación, y muchas veces las empresas acaban por desestimar la obra. Otro problema es la falta de espacio en el centro de muchas ciudades. Todas estas trabas tendrán que ser superadas por Ionity y el resto de las compañías que busquen ampliar la red en áreas metropolitanas. Algo muy necesario de cara a los próximos años.