Fabricar un coche eléctrico cuesta entre un 40 y un 50 % más que uno de combustión equivalente. Esto hace que irremediablemente su precio de venta al público, el precio final, sea muy superior. Esto ha hecho que los fabricantes expriman al máximo sus recursos con el fin de dar con ideas que les permitan ahorrar costes de producción para con ello aumentar las ventas de este tipo de coches.
Otro aspecto que ha forzado, y está forzando, a los fabricantes europeos a dar con una fórmula ganadora en este sentido, es la creciente oferta de coches híbridos y eléctricos que viene de China, un país con unos costes de producción muy reducidos en comparación con Europa.
Stellantis, a través de Citroën, ha sido el primer consorcio automovilístico capaz de dar con una solución que empieza a poner fin a este problema. El resultado ha sido el Citroën ë-C3, un modelo que ha conseguido ponerse a la venta a un precio lógico teniendo en cuenta su tamaño y que con ello se ha acercado al precio de la competencia china.
Sin embargo, en unas recientes declaraciones recogidas por Automotive News Europe, el CEO de Stellantis, Carlos Tavares, ha explicado cómo ve el futuro teniendo en cuenta la agresiva oferta china, que en Europa cada vez es más numeros. La clave estará, cómo no, en la fabricación del producto, algo en lo que los proveedores de componentes tienen un gran peso.
"Se va a producir un enorme cambio en la base de proveedores. El abastecimiento se desplazará del mundo occidental a los países con los costes más bajos. La carrera del coche eléctrico se ha convertido en una carrera de ahorro de costes", comentó.
Tavares señala que aunque el público europeo está dispuesto a comprar coches eléctricos, no lo está haciendo al precio actual, dando con ello un aviso a la Unión Europea. Se explicaba el directivo: "El consumidor occidental le está diciendo al gobierno occidental: vale, está el problema del calentamiento global, pero si no me ayudas, no te ayudaré".
Ante esta situación, muchos son los fabricantes que se han lanzado a desarrollar coches eléctricos capaces de ofrecer unas prestaciones mínimas a cambio de un precio bajo. Consecuentemente, se trata de productos de corte sencillo que dejan entrever un gran ahorro de costes tras de sí. Por esto, Tavares cree que la evolución de la tecnología eléctrica para una transición más efectiva hacia el coche eléctrico como principal medio de transporte personal se está viendo frenada por la asequibilidad, ya que los clientes son reacios a comprar coches eléctricos de buenas prestaciones a su precio, a menos que reciban incentivos por parte de sus respectivos gobiernos.
Aunque no lo señala directamente, es evidente que Tavares está advirtiendo a sus proveedores de que se pueden producir cambios por empresas chinas, por lo que con ello podría poner en las calles europeas productos más competitivos.