La Unión Europea está en proceso de convocar la jornada de votación en la que los representantes de los países miembros tendrán que decidir si los aranceles de importación que se aplican a los coches eléctricos chinos desde el 5 julio se mantienen, o si por el contrario se eliminan por completo.
Una decisión complicada, especialmente para los países europeos con intereses comerciales en China, y que están siendo presionados por el territorio asiático para que voten en contra de estas nuevas tasas, que desde agosto se acordó que no fueran de más del 36,3%, a sumar al 10% general que ya se aplicaba antes de julio.
En Europa hay dos bandos bien diferenciados
La fecha para votar se había previsto para el 25 de septiembre de 2024, pero lo cierto es que finalmente podría celebrarse el próximo lunes 30 de septiembre, y en realidad tienen de margen hasta finales de octubre, pues lo que se apruebe acabará entrando en vigor a partir del 4 de noviembre.
En caso de que la mayoría vote a favor de mantenerlos, se mantendrían durante los siguientes cinco años, es decir, hasta noviembre de 2029, y lo que pase entonces dependerá de los resultados y consecuencias de las temporadas venideras.
Y aunque China aprieta y amenaza con fuerza a algunos países europeos, lo que parece más factible es que estos aranceles se mantengan, pues para eliminarlos se necesita que al menos 15 estados miembros voten en la Comisión Europa en contra de los mismos, y eso parece algo bastante complicado.
Todo a pesar de que Hungría se ha mostrado públicamente en contra de estas tasas de importación, y que Alemania y España también son dos de los grandes interesados en que estos impuestos a los vehículos eléctricos chinos se acaben, pues la respuesta de China les afectaría gravemente a nivel comercial.
Una 'guerra comercial' afectaría a países como España
Y es que el país asiático ha avisado de que, en caso de que Europa se mantenga firme en cuanto a los aranceles a sus coches, se 'revisarán' todos los productos que viajen desde nuestro continente a China. Lo que viene a ser una clara amenaza de que subirán los aranceles a otras industrias como represalia.
El Gobierno chino deja plazo hasta "el último momento", pero los productos porcinos y lácteos podrían ser unos de los grandes damnificados de la respuesta china, y de estas industrias España hace envíos masivos a China, aunque no es el único país europeo que lo hace.
Alemania, por su parte, todavía vende un buen puñado de automóviles en Asia, por lo que verse afectado por nuevos aranceles por parte de China sería un duro golpe a su negociado.
También hay que tener en cuenta que China se ha acercado a distintos países de todo el mundo para abrir fábricas en suelo extranjero, como Hungría, que tendrá una fábrica del fabricante chino BYD.
España, por su parte, tiene muchas papeletas para acoger la nueva planta que MG quiere montar en Europa, y eso es motivación para que nuestro país este interesado en tener contenta a China, y por tanto, no votar en contra de sus intereses.