De la empresa china de producción de baterías CATL ya os hemos podido hablar en numerosas ocasiones, ya que actualmente se posiciona como la principal proveedora de estos dispositivos para coches eléctricos, a nivel mundial. A día de hoy sus baterías llegan a marcas como Stellantis, Hyundai, Honda, BMW, Mercedes, Tesla, Toyota, Volkswagen y Volvo. Como vemos, su curriculum es poco más que impresionante. BASF, por su parte, se dedica a la fabricación de materiales para baterías de vehículos eléctricos, también con un importante calado dentro del sector.
Ambas firmas han anunciado una asociación estratégica con la que llevar el reciclaje de los materiales hacia el sector que más conocen, el de las baterías de los coches eléctricos. Este movimiento es realmente importante para ambas empresas, ya que, en el caso de CATL, reforzará su estrategia para el continente Europeo, mientras que para BASF supondrá un impulso para su proyecto de globalización.
Esta iniciativa está tomando forma en la nueva factoría que está construyendo CATL en Erfurt, Alemania, como apartado necesario para la disminución de las emisiones de gases nocivos a nivel mundial y alcanzar la ansiada neutralidad emisiva. Esto lo recalca la firma BASF, pues según afirman sus responsables, "trabajar en estrecha colaboración con el productor de batería líder a nivel mundial supone todo un orgullo para nosotros". Conjuntamente, el proyecto los lleva a desarrollar una cadena de valor para la sostenibilidad completa de las baterías con la utilización de sus instalaciones en Europa.
BASF está afianzando su posición como proveedor líder de materiales activos de cátodos, algo que a la firma CATL le resulta particularmente interesante para sus dispositivos. Esta unión implica la generación de la primera cadena de baterías sostenibles a nivel mundial, algo que resulta extraordinariamente importante para ambas firmas de cara a declararse como productores cero emisiones.
Actualmente, BASF se encuentra finalizando la construcción de su fábrica de materiales de cátodos, ubicada en Schwarzheide, Alemania, la cual está proyectado que inicie sus labores a principios del próximo año 2022. En esta nueva planta serán capaces de producir componentes para más de 400.000 vehículos eléctricos, de forma anual. Esta factoría se está engendrando con el mayor número de elementos de fabricación más punteros tecnológicamente en el sector actual.
Pero los planes de BASF no terminan ahí, pues junto a la factoría antes mencionada, también está en proceso de construcción una segunda planta piloto específica para llevar a cabo el reciclaje de baterías. Esta también está programada que entre en funcionamiento en el mismo plazo que la anterior, es decir, a principios de 2022. De esta manera, la marca alemana pretende convertirse en el mayor "reciclador" de baterías de iones de litio de toda la industria automotriz. Este proceso será pionero dentro de la industria y se realizará como proyecto piloto para la firma, pues una vez se haya determinado su efectividad, también será aplicado en otras plantas a nivel mundial.
La asociación con CATL no será la primera que lleve a cabo BASF para el reciclaje de materiales, pues hace unos meses ya firmó una asociación junto a Cellforce, la empresa de fabricación de baterías de alto rendimiento de Porsche y Customcells, para llevar a cabo la fabricación de los cátodos NCM de alto potencial, así como el reciclaje de los residuos de producción. De esta forma BASF se posiciona a la cabeza mundial del sector para el reciclaje de baterías de coches eléctricos, algo que podrá suponer un paso más que relevante para estas empresas y su meta de emisiones neutras de carbono.