Jim Farley, actual CEO de Ford, ha expuesto su particular punto de vista acerca del que se convertirá en uno de los puntos de inflexión para la historia del automóvil; la adopción en masa por parte de los mercados del coche eléctrico. Según el CEO de la firma del óvalo azul, será en 2023 y 2026 cuando las ventas de coches eléctricos exploten definitivamente.
Así lo ha expuesto Farley, firme defensor de la movilidad eléctrica a la par que aficionado a la competición. Ha sido, más concretamente, en la conferencia conferencia Wolfe Research Global Auto, Auto Tech, and Mobility celebrada el pasado mes de febrero, donde el estadounidense ha comentado su parecer acerca de la evolución de los coches eléctricos en el mercado.
Comentaba: "Creo que dada la forma en la que lo hemos abordado habrá una especie de primera entrada, que son los próximos dos años. Y luego, cuando lleguemos a la adopción masiva, digamos de 2023 a 2026, las cosas cambiarán mucho en los dos primeros años".
Y es que, después de haber desarrollado autonomías y tiempos de carga competentes para gran parte del público, el único frente que queda por salvar a la industria es el de ofrecer estas ventajas acotadas en precios competitivos, y antes de que ello se produzca cada fabricante ha de hacer sus coches eléctricos rentables, aunque particularmente Ford ya ha conseguido hacer rentable el Mustang Mach-E.
El Mustang eléctrico, pues, es el primer modelo de Ford que ha conseguido encontrar su hueco en el mercado de manera global, y ahora el próximo paso para la firma es lanzar coches eléctricos que se adecúen a las demandas de los mercados a los que van destinados. El primer modelo en llegar bajo esta condición será la Ford F-150 Lightning eléctricas, pensada para los mercados norteamericanos, mientras que para Europa Ford se ha asociado con el Grupo Volkswagen para lanzar un SUV eléctrico del tamaño del Puma basado en la plataforma MEB del consorcio alemán.
No obstante, existen dos variables que acabarán afectando el porvenir no sólo de Ford, sino de toda la industria y por ende la adopción en masa del coche eléctrico. Por un lado el conflicto bélico que vive Europa amenaza con retrasar todo pronóstico y avance logrado en estos últimos compases, a lo que hay que sumar la crisis de abastecimiento de semiconductores que promete prolongarse durante todo el presente ejercicio.