Mucho ha dado de sí el Salón del Automóvil de París 2024, pues los consejeros delegados de los principales fabricantes de coches europeos han aprovechado la cita para hablar abiertamente a los medios de la situación del sector, de los aranceles a los vehículos eléctricos chinos y de lo que creen que es mejor para hacer frente a la dura competencia asiática.
En el caso del CEO de Renault, Luca de Meo, lo que dice es que Europa ya "ha demostrado que puede competir con China", pero para eso hay que aprender de las marcas del país asiático.
Hay que adoptar la fórmula de China
El consejero delegado afirma que en Europa hay un problema serio con el hecho de que los ingenieros siguen buscando la "fórmula secreta", cuando en realidad lo que hay que hacer es trabajar reutilizando componentes que ya existen.
Sólo así es posible reducir costes todo lo posible y acercarse o hasta equiparar los precios de venta finales de los coches eléctricos europeos con los de los chinos.
Pone como ejemplo el nuevo Renault Twingo eléctrico, del que sigue diciendo que va a tener un precio por debajo de los 20.000 euros cuando se lance en 2026. Lo hará tras el primer avance de la nueva generación de coches 100% eléctricos que ha iniciado el Renault 5, que ya se vende en España, y también después del lanzamiento del Renault 4, que hará lo propio a lo largo del año 2025.
Además, recuerda que China todavía sigue muy enfocada en coches principalmente SUV y de tamaño medio-alto, mientras que Europa tiene cierta ventaja en la producción de coches más pequeños, destinados a un uso prácticamente urbano en su totalidad.
Europa sigue muy lejos de los objetivos de emisiones
Pero Luca de Meo también se ha mostrado preocupado por la situación del sector del automóvil en Europa, pues se están llevando a cabo maniobras "muy arriesgada" en cuanto a electrificación se refiere.
De hecho, junto al CEO de BMW, Oliver Zipse, lidera la petición a Bruselas para que se retrasen los objetivos de emisiones para 2025, ya que la industria del coche eléctrico "está a la mitad de poder cumplirlos", y las multas millonarias que tendrían que pagar los fabricantes serían nefastas para el sector.
También pide revisar la prohibición de los motores de combustión para 2035, por el bien de la industria del automóvil europea, en un momento en el asegura que los conductores tienen predilección por los vehículos híbridos, que de hecho ha sido la gran apuesta de Renault en los últimos años.